Manolo Monzón, fundador de la comparsa Los Rumberos (1965) y padre de este género en el Carnaval de Canarias, falleció anoche, a las 21:15 horas, en el hospital del Tórax aquejado de un cáncer de pancreas contra el que combatía desde finales de diciembre pasado.
La muerte de Monzón deja a la fiesta de la máscara, tanto de Tenerife como de todo el Archipiélago, sin su referente. En menos de dos años, el Carnaval pierde a dos de sus principales exponentes: Enrique González (Ni Fú-Ni Fá, que murió el 13 de mayo de 2010) y ahora Manolo Monzón.
Si relevante fue el papel de González Bethencourt en las murgas, más importante es el "rumbero" chicharrero, pues él marcó un antes y un después desde que decidió fundar la comparsa en 1965, un género inédito en las carnetolendas de toda Canarias, a diferencia de las murgas, de las que ya se tenía noticias desde el paso del buque cañonero "Laya" y luego con el Chucho y el Flaco, en las primeras décadas del siglo XX.
En la última entrevista que concedió Manuel Monzón, publicada en EL DÍA el 5 de febrero pasado, convalenciente de la enfermedad y en su domicilio, el padre de las comparsas recordaba cómo decidió crear Los Rumberos. Su "inventó" nació a raíz del viaje que realizó a Venezuela, a donde llegó en su tercer intento y como polizón. Después de once duros meses de estancia en la Octava Isla, Manolo Monzón rememoraba la admiración que le despertó ver por televisión las comparsas de Río de Janeiro. Y prendió en él la chispa: ¿Por qué no sacar un grupo como este en el Carnaval de Tenerife?
Monzón llegó en noviembre de 1961 a su isla natal, pero no sería hasta 1965 cuando se echó a la calle con unos cuarenta trabajadores de La Recova, donde él trabajaba. Por aquella fecha, el "nuevo Carnaval" estaba prohibido y desde 1961 se celebraba enmascarado bajo el eufemismo de Fiestas de Invierno. Por entonces, las rondallas eran el género estrella.
Precisamente, ese 1965, el mismo año que Manolo "inventa" las comparsas, la fiesta de la máscara recupera e institucionaliza la gala de elección de la reina. "Cada uno llevaba lo que podía; una ropa sencilla con volantes", rememoró en aquella entrevista Monzón. Nacía así Rumberos. "Recuerdo ver a la gente cómo corría por las calles para vernos bailar porque impactó nuestro estilo; era algo que no se había visto en el Carnaval de Tenerife, entonces Fiestas de Invierno". Hasta 1969 Rumberos tuvo la exclusiva, pues ese mismo año nacen de la comparsa madre Los Cariocas, de Vicente Cruz, y Sudamericanos, de Ignacio Vázquez.
"El espectáculo de un Carnaval es la comparsa. Y el Carnaval de Tenerife tiene la categoría que tiene gracias a ellas; no hay dinero para pagar el trabajo que realizan todo el año", explicó Monzón. "Llegamos a tener ciento y pico largo de componentes... La canción Mamá, llévame a La Habana debería ser el himno del Carnaval; la he oído cantar en todos sitios y a todas las comparsas". Monzón casi estaba tan orgullo de crear Los Rumberos como de incorporar al folclore canario el cuatro venezolano.
La capilla ardiente quedó instalada anoche en la sala 2 del tanatorio Santa Lastenia, capilla donde mañana se celebrará su entierro.
Humberto Gonar
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