La rapidez con la que se han desarrollado los acontecimientos la subió al tobogán de los miedos con el traje. "¿Pero cómo voy a llevar encima 50 kilos de peso y con un vestido de cuatro metros y medio por tres de ancho?", preguntaba. Y me explicaron lo de los carritos con ruedas", cuenta emocionada.
El subidón en el que vive ni siquiera la ha dado tiempo a plantearse si alguien puede cuestionar su candidatura por no ser nacida en las Islas.
La joven, sin embargo, tiene algo de experiencia sobre los escenarios. En el colegio se presentaba a todos los concursos de belleza y, con 13 años, obtuvo un título de primera dama. Y asegura que si gana, continuará con su trabajo de comercial. "Me encanta lo que hago; y vivir en la isla".
María llegó hace cinco años a la isla, a donde sus padres se habían trasladado desde la República de Moldavia por motivos laborales. "Soy la más pequeña de la familia. Estuve estudiando primero en Rumanía y luego vine a Canarias. Voy en alguna ocasión a mi país, pero apenas me quedan amigos de la infancia", explica María, encantada de vivir en España y en Canarias.
"La gente de aquí es muy diferente. Es mucho más caliente que en mi país. No echo nada de menos. Los inviernos, a veces, porque siempre que voy para vacaciones o algún bautizo o boda familiar lo hago en época de verano o primavera".
Le encanta nadar, ir a la playa, salir al cine y la siesta. Y para invitarnos a visitar su país nos habla de la bodega subterránea más grande del mundo: Milestii Mici.
María confiesa estar "volando" por todo lo que está viviendo en estos días. "Estoy muy tranquila, pero seguro que acumularé nervios a tope. Soy una persona muy responsable y hay mucha gente que confía en mí. Aunque siempre estoy bromeando y sonriendo".
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