Maspalomas se consolida como un destino en el que los sueños de sus visitantes se hacen realidad. Por muy disparatadas que sean las aventuras imaginarias de los turistas, siempre hay un recoveco en el municipio que cumple con las expectativas de los forasteros.
"Me siento como si estuviera en el paraíso. Es la primera vez que vengo al carnaval alemán en Maspalomas y la primera vez que disfruto de una fiesta tan divertida sin necesidad de preocuparme por el qué dirán los demás. Me siento el rey, bueno más bien la reina, de esta playa", bromeó Lian, un holandés que cumplía ayer 40 años en compañía de tres de sus "viejos amigos" y más de una medio centenar de candidatos a nuevos compañeros de viaje. "¿Te vienes a dar una vuelta?", le preguntó un cavernícola de ojos azules con acento francés. Y en menos de un abrir y cerrar de ojos ambos desaparecieron entre una cuadrilla de marineros, hadas, cupidos, una manada de zebras, un torero con su tonadillera, un padre con un niño travieso "en su primer día de colegio", y un grupo de azafatas de "primera clase".
Algo más solitario, por eso de que "él es un alma libre", se paseó por la orilla un italiano de nombre Nico que prometía dulzura nada más verlo. Era el "chico de las golosinas". "Llevo dos días cosiendo caramelos al vestido. Pero me encanta porque sé que con este disfraz voy a conocer a mucha gente. Hace un mes que vivo en el Sur y hoy va a ser mi presentación en sociedad", vaticinó el muchacho de los cucuruchos y chupachups.
Los que ya no necesitan carta de presentación, porque repiten desde hace 15 años estancia en la Isla para estas fechas, son los diez tritones de Madrid, Bilbao y Asturias que este año tenían a Poseidón, Juan Manuel García, como jefe del grupo. "Esta vez los billetes de avión nos han costado el doble que el año pasado. Los compramos con la misma antelación y, sin embargo, parece que como las aerolíneas saben que vamos a venir igualmente disparan los precios", explicó García junto a la atenta mirada de Anfítrite, su esposa, y un rancho de hijas.
Este año las fiestas del Orgullo Gay de Invierno ofrecieron como broche de oro a la jornada una "caminata" con carroza incluida por las calles de Playa del Inglés hasta el centro comercial Yumbo.
Thaidi Llamas
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