Su objetivo es que nada se pierda y que las décadas de información impresa que existe en las casas de muchos carnavaleros como él, en los locales de los grupos o incluso en el Organismo Autónomo de Fiestas se conserven. Junto a su pretensión está también la de no escatimar esfuerzos para que la futura Casa del Carnaval albergue un centro de interpretación de la fiesta. "Me da miedo que si se demora esta idea toda la información que existe se vaya perdiendo con el paso del tiempo", explicó Guimerá.
Necesidad
"Es una necesidad, sobre todo porque se trata de conservar algo que ya es patrimonio de la ciudad y que debe cuidarse", apostó. Su colección, que ahora está guardada en su casa, en una habitación, a buen recaudo dentro de archivadores, está empezando a coger forma porque se está encargando de catalogarla como si se tratara de un profesional. "Estoy empezando a separar todo lo que tengo, que no es poco, para documentarlo como se merece, por categorías", detalló Guimerá.
Cuando tenga todo preparado tiene como "sueño" entregarlo a la ciudad, para que carnavaleros, vecinos y visitantes puedan disfrutar como él. "Ojalá esto tenga un espacio para que pueda ser admirado y que no se quede guardado y acabe desapareciendo", asumió. Son muchos los que se han acercado hasta él para entregarle libretos o fotos. "Esto no es para mí o para mi familia; siempre he querido que fuera para el museo", remarcó el historiador.
Aunque el material que ahora está recopilando tiene ya muchos años no para de recorrerse y tocar cuantas puertas puede para hacerse con más y más. Es habitual verle reunido con representantes y miembros de los grupos para que le pasen información. "Hace tiempo yo regalé cosas que tenía y ahora me arrepiento; pero espero que todo se conserve", asumió.
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