
La gala comenzó con un vídeo en el que las fundadoras recordaban sus inicios, en San Luis Gonzaga, en Taco. Era el comienzo de un periplo que aún no tiene fin. De ahí pasaron a la Tenencia de Alcaldía de Taco y ahora, de forma provisional, ensayan el antiguo colegio de Montaña Pacho.
Fue una gala "made in La Laguna", aunque hecha en Santa Cruz. Abrieron Joroperos. Los de Fernando Hernández llenaron con el calor de la batucada el Guimerá, disfrazados incluso con trajes de 2016 -no han presentado aún el nuevo- y con un repertorio que animó a las casi 700 personas que asistieron a la velada.
Del calor de la batucada, a la ingenuidad y gracia de la cantera murguera, Los Bambas, dirigidos por el estudiante de Periodismo Joel Ramos Ojeda. Aunque con unas filas muy infantiles, hicieron un papel digno con su pasacalle y despedida, que siempre conecta.
Entre grupo y grupo, la gracia del Carnaval llegó de la mano de Manón Marichal, como Floro, que hizo un digno papel y tuvo que tirar de un público que trajo al Guimerá el frío de La Laguna.
La presencia de Bambas nunca es por llenar un hueco en la escaleta de las presentaciones de Marchilongas, pues a muchas de sus componentes les salieron los dientes y hasta aprendieron a caminar en el local de la murga de doña Mary y don José, como la mismísima Keyla Jerez, directora de Marchilongas.
De Bambas, a Bambones. Sobre las tablas de la bombonera chicharrera, los de El Cardonal. Al frente, Primi Rodríguez, director carismático donde los haya y que dice mucho aunque hable poco.
Bambones estrenó tema la noche anterior en la presentación de El Cabo, e hizo lo propio con Marchilongas: "Medias mentiras". Una canción ágil que dura unos siete minutos y que arranca ironizando sobre las cosas que desde chico te dicen que son verdad y no lo son, un hilo conductor que sirve de paraguas al tema, para comparar lo que dicen que era y en lo que se ha convertido CC o el puerto de la Granadilla. El sonido le pasó factura. Supo a poco.

Humberto Gonar
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