
El pito murguero siempre ha estado ligado al grupo crítico, ya que ha formado parte de la imagen de las murgas de Tenerife. Siempre quedará en nuestra memoria esas fotos en las que el maestro Enrique González Bethancourt trabajaba en su taller de la Afilarmónica Ni Fú Ni Fá realizando aquellas réplicas de instrumentos que eran verdaderas obras de arte.
Hoy en día esta murga, que es la más decana, es la única que lleva réplicas de instrumentos, no solo trompetas, con la idea burlesca de un instrumento de verdad. Son réplicas que han ido cambiado de materiales para hacerse con el tiempo más ligeras, duraderas y fáciles de hacer. En un principio eran de chapa metálica, otras de papel maché (se rompían con facilidad) y hasta las actuales, que se realizan con tuberías de pvc, que es un material ligero, manejable y tiene bastante durabilidad.
Este instrumento musical más representativo y frecuente en los grupos críticos suena gracias al mirlitón, un membranófono que produce el sonido por la propia vibración de la voz del intérprete. Originariamente se fabricaba con cañas y membranas vegetales (como piel de cebolla) y su principio acústico, tan característico, es común a instrumentos de varios países asiáticos y africanos.
En un principio eran, junto a los bombos, la base musical para las parodias burlonas. Los bombos se realizaban con barquetas de sardinas, que tras venderlas en los puestos de los diferentes mercados y con una tela tensa, se convertían en instrumento musical. ¿Por qué olvidarnos de ellos si han sido primordiales en la historia de las murgas del Carnaval chicharrero?
Como todo son modas dentro del Carnaval, esperamos que este instrumento, que es identificativo de las murgas, no pase con el tiempo a ser solo un recuerdo en nuestra memoria de las historia de las murgas de Santa Cruz de Tenerife.
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