El casco histórico de Las Palmas de Gran Canaria se cubrió este sábado con el mejor ambiente festivo con motivo del carnaval de día, uno de los actos más importantes de las carnestolendas capitalinas.
Una ley física determina que las ganas de jolgorio son inversamente proporcionales a la sensación térmica.
De fallar esta máxima, quedaría sin explicación la razón por la que un paisano se abriga hasta las orejas, mientras que otro, cubierto por una gasa fina, una máscara delicada o cuatro paños es capaz de soportar el frío y la lluvia con esa cara de felicidad que crece al umbrío sol del carnaval.
La mañana fue el territorio de los niños en la plaza de Santa Ana y hasta el sábado mediodía, pequeños y mayores se mezclaban por las calles de Vegueta. A partir de las primeras horas de la tarde se notaba un relevo, una mezcla ambigua de tendencias: las de familias con niños que se iban, y las de grupos de amigos mayores que venían.
La lluvia que cayó entonces no solo desempañó esta confusión, sino que también quitó las ganas a muchos. Según las estimaciones de la organización del carnaval, unas 12.000 personas (frente a las 30.000 del año pasado) se dieron cita en Vegueta este sábado, en la primera jornada del carnaval diurno.
La Policía Local eleva esta cifra hasta las 15.000 personas y destaca la falta de incidencias. Solo hubo algunas reyertas sin detenidos y diversas actuaciones con menores de edad consumiendo alcohol en el evento.
Javier Darriba
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