
La costumbre americana ha venido para quedarse, más allá del rechazo de los puristas. Anoche, víspera del Día de Todos los Santos, muchos barrios se decoraron de forma espectacular,mientras los más pequeños correteaban de casa en casa maquillados y disfrazados para la ocasión.
Hasta la Casa del Carnaval, en la vera del barranco de Santos de Santa Cruz, también organizó actividades alegóricas.
Los establecimientos comerciales hicieron ayer su particular febrero –mes en el que se celebra el Carnaval– agotando las calabazas, las telas de arañas y todos los elementos que evocan el particular mundo de terror que, al menos por unas horas, se adueñó de Tenerife y otros tantos rincones de la geografía canaria contagiada por Halloween.
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