
Ya ha acudido a los servicios sociales del Ayuntamiento de Santa Cruz y le están ayudando a buscar otra casa, pero el aviso le ha llegado casi de imprevisto. Se queja Manolo de que ha tenido mucha mala suerte con la abogada de oficio que le tocó. “El juicio se celebró cuando yo estaba ingresado en el hospital y no pidió un aplazamiento ni nada, solo me dijo que no era necesario que fuera que ya estaba ella. Tampoco presentó ninguna alegación para demostrar que yo no era solo un amigo como dice la familia”. El resultado lo conoció semanas después cuando le llegó al buzón el aviso de desahucio. “Ni siquiera me llamó y ahora solo me ha dicho que me tengo que ir y que le de las llaves para dárselas a la otra parte”. Manolo se lamenta de su mala suerte. “En mi vida pensé que me vería envuelto en una situación como esta, en un desahucio”. Insiste en que solo quiere tiempo porque con su pensión, de apenas 600 euros, no va a ser fácil encontrar un piso al que mudarse. “Solo pido algo de humanidad para ganar tiempo. No se si es la alcaldesa (Patricia Hernández) u otra persona la que puede parar el desahucio pero necesito que me ayuden. Se que me tengo que ir y lo haré pero necesito tiempo”, insiste este hombre que nunca ha hecho uso de su fama como personaje del Carnaval, tampoco ahora, en esta situación.
Junto a Manolo, dos amigos que los están acompañando en este trance. Francisco, que habla de su humanidad y de cómo la administración no está sabiendo responder a un problema que pondrá en la calle el próximo miércoles a un hombre de 75 años que está enfermo. “Ha tenido que aplazar las pruebas que le iban a hacer del corazón porque está tan alterado que no darían unos resultados reales”, explica Francisco, que llama la atención sobre la ironía de que el mismo día del lanzamiento tiene otra prueba médica que, evidentemente, tendrá que aplazar. Junto a Francisco, otro histórico del Carnaval, Antonio Messeguer, nuestro Fidel Castro. Es él quien ha acudido a los medios de comunicación, quien lo empuja para que haga pública su situación. “Solo pedimos un poco de ayuda, algo de humanidad”, insiste. “Ha ido donde lo han llamado, ha colaborado siempre con la fiesta y ahora que está en esta situación necesita de todo el apoyo que puedan darle”.
MÁS DE 50 AÑOS CON EL PERSONAJE DE CANTINFLAS A CUESTAS
No solo son sus pertenencias sino todas sus vivencias. “Tengo más de 20 kilos (él mismo reconoce que le parecen pocos) de los recuerdos del Carnaval”. Admite con tristeza que ahora lo tiene casi todos en cajas en previsión de que tenga que abandonar la casa sobre la marcha. “Son 54 años los que llevo saliendo como Cantiflas, es media vida”, dice este hombre que nunca pensó en verse en esta situación. Insiste que no está pidiendo dinero ni caridad, solo que le den tiempo para encontrar otra vivienda a la que poder llevar sus pertenencias y esos 54 años de Cantinflas que lleva sobre sus hombres con tanto orgullo

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