
En sus 38 años nunca ha faltado a la cita desde pequeño a una tradición que desde que la conoció la ha hecho propia. Hijo de un chicharrero, que por destinos laborales acabó residiendo en Icod y de una vecina de El Toscal de Santa Cruz, José Ricardo asegura que la tabla de tea es una joya que se hereda de generación en generación, y recuerda algunos grupos como los Tea Negra, al que pertenece José Antonio Vera, director de la murga Tiralenguas, y que está formada por un total de cinco amigos.
"La ciudad vive todo el año para las tablas", cuenta José Ricardo, que explica que días antes de la víspera de San Andrés los jóvenes se entregan a alisar la tabla y cuando llega el día emplean sus trucos para que se arrastre más y mejor. Para ello coloca cera o cebo de cochino, apunta casi como un secreto este amante de la tradición, empeñado en trasmitir las costumbres a las nuevas generaciones, al igual con el Carnaval en la murga infantil Tiralengüines, en Icod y Santa Cruz.
El pasado viernes, con su tabla a cuestas, no faltó a la cita con los adoquines.
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