Empezaré este artículo por reconocer
que, personalmente, no soy nada de carnavales: no me gusta especialmente
disfrazarme, no soy muy de fiestas masivas, vivo en una ciudad en la
que tampoco es una de las grandes tradiciones y, en definitiva, nunca
había ido ni participado de ningún carnaval.
Sin embargo, hace poco más de un año surgió la posibilidad de visitar el Carnaval de Tenerife y lo hice sin dudarlo. En primer lugar porque me apetecía mucho conocer la isla -y ya van dos confidencias-, pero también porque me resultaba un material muy interesante como periodista y, sobre todo, como fotógrafo.
La experiencia, tercera confesión, superó todas las expectativas: el Carnaval me pareció espectacular, divertido, agotador, sencillamente impresionante, algo que hay que vivir al menos una vez en la vida y a continuación les ofreceré seis razones para tratar de convencerles de ello.
Me gustan esas fiestas en las que ciudadanos normales asumen el papel protagonista y lo hacen hasta las últimas consecuencias, en las que cuando la fiesta llega a la calle se pueden ver las muchísimas horas de trabajo previo que se han dedicado al tema y desde luego, las comparsas y murgas tinerfeñas son un ejemplo perfecto de esto.
Hay mucho humor en el carnaval callejero, muchos disfraces que destilan ironía y un ambiente propicio a la risa, amén de a la fiesta, por supuesto. Así que durante esos días gloriosos uno va por la calle y se lo pasa realmente bien.
Pero aún más en los actos informales, en los que literalmente todo el mundo sale a la calle, se disfraza y participa del jolgorio común. Cada uno a su hora, cada uno en su propio espacio dentro de las distintas posibilidades: verbenas, conciertos o, simplemente, yendo a los bares y los chiringuitos, sintiéndose parte y siendo parte.
Una de las imágenes que más me llamó la atención del Carnaval de Tenerife es que es una fiesta en la que las familias participan en grupo, no sólo porque obviamente salen juntos a disfrutar del jolgorio, sino porque además lo hacen con disfraces coordinados.
Las escenas son la mar de entrañables: los padres y los hijos compartiendo el mismo atuendo o haciendo combinaciones más trabajadas aún como, por ejemplo, una familia que iba vestida de los Increíbles.
Las reinas y sus séquitos son otra parte de este carnaval más sensual en su cara más oficial, pero también ocurre en la parte más oficiosa y popular: el Carnaval es un momento en el que ver y en el que dejarse ver y una vez que estás expuesto muchos parecen pensar que lo mejor es lucir lo más sexy posible, así que muchos disfraces y muchas personas juegan con esa faceta de la fiesta.
Desde localidades que son Patrimonio de la Humanidad como San Cristóbal de la Laguna, hasta paisajes alucinantes como los del Teide, pasando por playas y actividades como el avistamiento de ballenas, unos días en el Carnaval le darán tiempo para hacer y ver mucho más y, en definitiva, tener un viaje realmente espectacular.
Por cierto, los primeros actos del programa del Carnaval de Tenerife 2020 ya han empezado, pero los grandes desfiles llegan el 21 de febrero, así que aún están a tiempo de organizarlo todo.
Sin embargo, hace poco más de un año surgió la posibilidad de visitar el Carnaval de Tenerife y lo hice sin dudarlo. En primer lugar porque me apetecía mucho conocer la isla -y ya van dos confidencias-, pero también porque me resultaba un material muy interesante como periodista y, sobre todo, como fotógrafo.
La experiencia, tercera confesión, superó todas las expectativas: el Carnaval me pareció espectacular, divertido, agotador, sencillamente impresionante, algo que hay que vivir al menos una vez en la vida y a continuación les ofreceré seis razones para tratar de convencerles de ello.
1. Porque es espectacular
Llegué a Tenerife y sólo unas horas después estaba viendo la Cabalgata Anunciadora, el primer gran desfile del Carnaval. Rápidamente me vi en una vorágine de música, color, baile, alegría… Los disfraces eran espectaculares, las coreografías estaban trabajadísimas, el esfuerzo de los participantes era absoluto: todo el mundo lo daba todo, si me permiten la expresión.Me gustan esas fiestas en las que ciudadanos normales asumen el papel protagonista y lo hacen hasta las últimas consecuencias, en las que cuando la fiesta llega a la calle se pueden ver las muchísimas horas de trabajo previo que se han dedicado al tema y desde luego, las comparsas y murgas tinerfeñas son un ejemplo perfecto de esto.
2. Porque es divertido
Además de los desfiles espectaculares, las coreografías, la música, las reinas y el oropel el Carnaval de Tenerife tiene un componente más callejero e irónico que me gustó mucho.Hay mucho humor en el carnaval callejero, muchos disfraces que destilan ironía y un ambiente propicio a la risa, amén de a la fiesta, por supuesto. Así que durante esos días gloriosos uno va por la calle y se lo pasa realmente bien.
3. Porque es una fiesta verdaderamente popular
El Carnaval de Tenerife no sería lo mismo si no fuese una de esas fiestas en las que participa prácticamente toda la ciudad. En primer lugar, por supuesto, en las comparsas oficiales, de las que forman parte miles y miles de santacruceros.Pero aún más en los actos informales, en los que literalmente todo el mundo sale a la calle, se disfraza y participa del jolgorio común. Cada uno a su hora, cada uno en su propio espacio dentro de las distintas posibilidades: verbenas, conciertos o, simplemente, yendo a los bares y los chiringuitos, sintiéndose parte y siendo parte.
4. Porque es para toda la familia
Una de las imágenes que más me llamó la atención del Carnaval de Tenerife es que es una fiesta en la que las familias participan en grupo, no sólo porque obviamente salen juntos a disfrutar del jolgorio, sino porque además lo hacen con disfraces coordinados.
Las escenas son la mar de entrañables: los padres y los hijos compartiendo el mismo atuendo o haciendo combinaciones más trabajadas aún como, por ejemplo, una familia que iba vestida de los Increíbles.
5. Porque es sexy
Para empezar, es obvio que el Carnaval tiene una evidente influencia brasileña y se aprovecha del buen tiempo en Canarias, así que en muchas comparsas las plumas y los tocados dejan a la vista porciones considerables de cuerpos que no sólo se cuidan sino que tienen muy claro como moverse.Las reinas y sus séquitos son otra parte de este carnaval más sensual en su cara más oficial, pero también ocurre en la parte más oficiosa y popular: el Carnaval es un momento en el que ver y en el que dejarse ver y una vez que estás expuesto muchos parecen pensar que lo mejor es lucir lo más sexy posible, así que muchos disfraces y muchas personas juegan con esa faceta de la fiesta.
6. Porque Tenerife es una isla maravillosa
Finalmente, aunque el Carnaval sea el motivo principal de su viaje no dejen de aprovechar la oportunidad para conocer una isla como Tenerife, estupenda, variada y con una increíble riqueza paisajística y turística.Desde localidades que son Patrimonio de la Humanidad como San Cristóbal de la Laguna, hasta paisajes alucinantes como los del Teide, pasando por playas y actividades como el avistamiento de ballenas, unos días en el Carnaval le darán tiempo para hacer y ver mucho más y, en definitiva, tener un viaje realmente espectacular.
Por cierto, los primeros actos del programa del Carnaval de Tenerife 2020 ya han empezado, pero los grandes desfiles llegan el 21 de febrero, así que aún están a tiempo de organizarlo todo.
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