miércoles, 15 de febrero de 2012

Bricomanía drag

Desgarros, vértigos, trinques del pomo. Nunca quedará ponderado en su justo punto el sufrimiento y la entrega de un drag grancanario.
Bricomanía drag
Pasen y vean el infierno vivido por Nelson Rodríguez, drag Walkiria, patrocinado por Guaguas Gumidafe y al que ayer, antes de entrar a escena, le nevaba a una altura de 45 centímetros sobre sus plataformas cumbreras. Nelson, tiritando, explicaba a este rotativo lo que pasa cuando la masa terrestre tira del drag al núcleo del planeta.

Todo parecía ir bien en los preparativos de 2011. Pero un pequeño descuido provocó una falla en el elástico del tanga, de tal forma que ya en el escenario tuvo que bregar entre la danza-drag y la precaución para que delicadas partes de su anatomía no invitadas al espectáculo alongaran de repente.

"Con una mano en el tanga tocó abrirme de piernas", relata Nelson con cierta angustia, rematando un espagat fatal que acabó "con dos centímetros de desgarro". Pero ahí está, tras un año de ecografías y filtraciones, otra vez a desgarrarse si hace falta. Ayer, en la trastienda del escenario del Santa Catalina, el panorama era similar a la previa de los 100 metros vallas de cualquier olimpiada del mundo.

Sin aspavientos, en calentamiento, unos ensayando con sus botapértigas, otros resguardando del catarro la chibichanga, todo muy profesional. "No te pongas nerviosa, nena", le consolaba un drag a uno de sus cortesanos.

El rigor del material para no repetir casos desgarradores como el de Nelson Rodríguez de Guaguas Gumidafe, lo ejemplarizaba el carpintero Juan Rizo, que montó un trono con sus ruedas autoportantes, madera de contrachapado, butaca en cobertura de peluche y tirafondos de acero en lo que usted llega al final de este mismo párrafo.

Rizo, armado con una cinta métrica y dos Black and Decker con batería de litio y guías luminosas, rizaba la bricomanía logrando un equilibrado conjunto automotriz dragmóvil capaz de desplazar a cualquier reinona por todo su imperio en perfectas condiciones de confort.

Preguntado por la dificultad del asunto, Rizo responde: "Lo que se hace con gusto..." no cuesta, vino a explicar. Lo que no explicó es que pasaría si se tira a un drag por una cuesta.

Es lo que más o menos sucedió a Carmelo Hernández, de Arte y Belleza Canarias, o TombaDrag: Mírame de lejos por que de cerca ya no me dejo, y que tuvo otro terrible aporrizaje en ediciones pasadas quebrándose ambos tobillos. Y eso que acumula kilómetros en plataforma, como veterano que es, y que sobre todo, "me tiro con gracia", que si no, se risca.
LaProvincia-DiariodeLasPalmas Juanjo Jiménez

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