Entre los noveleros también se encontraban el alcalde de la capital chicharrera, José Manuel Bermúdez, disfrazado de cantante jipi, aunque él decía que se parecía a la sota de bastos, y el concejal de Fiestas, Fernando Ballesteros, con una fantasía de chica ye ye, y ambos se comprometieron, ante la petición popular de ayer, que no solo el programa incluirá a partir de ahora, y para siempre, dos Carnavales de Día, sino que se estudiará la posibilidad de celebrar un tercero.
"La fórmula de la fiesta durante el día funciona en Santa Cruz, como ocurría antiguamente. Ha quedado claro. Los carnavaleros están encantados, y los restaurantes, cafeterías, bares y quioscos también", dijo Ballesteros. Por su parte, el alcalde, mientras se retiraba los pelos de la peluca de la cara, algo que también hacía el concejal, añadió que además para 2013 se está pensando en crear otro acto nuevo, del que aún no puede adelantar nada.
Santa Cruz adora el Carnaval de Día. Minutos antes de que empezara la fiesta, a las doce del mediodía, y con el brillo del sol y con solo un poco de frío, no quedaba ni un solo aparcamiento en las calles aledañas al cuadrilátero. Los coches se dejaban sobre las aceras para no llegar tarde a la cita. La ciudad presumía de color y entusiasmo. Numerosos ciudadanos, familias enteras, jóvenes y mayores, bajaban disfrazados por la Salle, Méndez Núñez, Castillo, el Mercado o San Sebastián para acercarse hasta las plazas de Candelaria y el Príncipe, los dos escenarios elegidos para este Carnaval de Día, porque el presupuesto no ha dado para más plataformas como en ediciones anteriores, aunque esto los carnavaleros ni lo notaron.
Al igual que tampoco echaron en falta a cantantes nacionales e internacionales, actuaciones estelares, como se suele decir, en las que el Organismo Autónomo de Fiesta se solía dejar elevados presupuestos. Les bastó con Pepe Benavente y El Morocho, entre otros, con temas carnavaleros y de toda la vida, y el público más que encantado.
"Por mí como si quitan las noches. Esto sí que es Carnaval. Mira la gente, se lo están pasando genial, bailando y cantando en cualquier esquina. Y te lo dice un chicharrero nacido en El Toscal, criado en Somosierra y envejecido en el barrio de Buenavista, en Los Papitos. Queremos tres Carnavales de Día, cuatro o cinco", declaró Luis Cortes mientras permanecía tumbado en una toalla en medio de la plaza de España, disfrazado de turista. Precisamente los turistas, que había bastantes, asombrados observaban todo lo que ocurría a su alrededor. Pegados a sus cámaras fotográficas y sin perder ni un solo segundo la sonrisa, inmortalizaban cualquier cosa que supiera a Carnaval.
Uno de ellos, mezclados en el mogollón de La Candelaria, que no era ni inglés ni alemán, sino canarión, aunque nacido en La Palma, confesó que cada febrero, desde hace cinco años, es decir, desde que empezó a celebrarse esta jornada diurna en la capital tinerfeña, abandona Las Palmas para desplazarse hasta Santa Cruz porque es fiel seguidor de este acto. "Es una bobada que me pregunten cuál creo que es mejor Carnaval. Lo siento, pero no hay comparación, prefiero el de los chicharreros. No me pierdo ni una sola edición, esto es maravilloso", sentenció Rogelio Ortega, con su sombrero de paja.
Tanto en la plaza de La Candelaria como en la plaza del Príncipe el jolgorio empezó pasadas las doce del mediodía. Las comparsas fueron las encargadas de romper el hielo, entre ellas, Los Cariocas, Valleiros, Tabajaras y Danzarines Canarios. Y lo hicieron en la calle. Los ciudadanos se amontonaban alrededor de ellas para disfrutar de sus batucadas, ritmo y coreografías.
En La Candelaria, las actuaciones sobre el escenario comenzaron también con una comparsa, Los Joroperos, que se hicieron este año con el segundo premio de Interpretación tanto en el concurso del Recinto Ferial como en Ritmo y Armonía. Ya el ambiente se estaba calentando. A continuación ofreció su repertorio Rafael Flores El Morocho, que encanto al público con sus carnavaleras canciones: Los hombres también lo menean igualito que las mujeres, Si quieres disfrutar, La Maraca y como no podía ser de otra manera, La Catirita, que tanto se ha bailado en las noches de la fiesta. En este momento, los asistentes ya estaban completamente entregados, con las manos arriba y moviendo la cadera.
El siguiente fue Pepe Benavente, más discotequero que nunca, con sus conocidas canciones adaptadas a los ritmos actuales. No faltó El Polvorete, entre otros temas. El público se volvió loco con él. No había nadie, ni niños ni mayores, que no se supieran lo del gallo. Hasta la Lecherita se subió al escenario para seguir su coreografía.
También estuvieron en La Candelaria La Camisoteca; Soul Sanet; la comparsa Los Cariocas, ganadores del primer premio de Interpretación tanto en el concurso del Recinto Ferial como en Ritmo y Armonía; Ray Castellano, al que miles de adolescentes esperaban; Los Rumberos, terceros en Interpretación; el ballet de la academia MM Danza; Big Band Boom Fire; Ni un Pelo de Tonto y los alocados Rudy y Ruymán con su especial versión de la canción del Carnaval.
Precisamente, junto a la puerta del escenario de La Candelaria por la que accedían los artistas invitados se encontraba Vanesa Yunes, una chicharrera que esperaba a que llegaran Rudy y Ruymán. Se quería subir con ellos a la plataforma para bailar. "No me voy de aquí hasta que los vea. La verdad es que no hay nada mejor que el Carnaval de Día, menos peleas, más diversión para todas las edades, más ambiente, es todo más sano. Que hagan más de dos todos los años, por favor", comentó Vanesa, disfrazada de geisha.
La calle San José, con sus quioscos, estaba llena y en la plaza del Príncipe también hubo mucha fiesta. Actuaron KDT´S, Johan, Retranca, Clave de Son y también Pepe Benavante. Los carnavaleros que eligieron esta plaza bailaron al ritmo de conocidas canciones y de forma desenfrenada. El Carnaval dice adiós a lo grande.
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