La celebración de los indianos, acto principal del Carnaval en la Isla, y la imagen de los enanos, danza mágica de las Fiestas Lustrales, son sellos de identidad de Santa Cruz de La Palma que nunca han gozado de registros o patentes para su protección como patrimonio de un pueblo, quedando en manos de empresas privadas que, bajo el amparo de la legalidad, lo explotan para beneficio particular.
El ayuntamiento ha defendido ante la Oficina Española de Patentes y Marcas que el enano siempre ha sido una marca del pueblo palmero, aportando una recopilación histórica sobre la importancia vital del danzarín mágico para las Fiestas Lustrales. El expediente está tan avanzado que el gobierno local cree que a lo largo del mes de enero puede haber resoluciones definitivas a favor de sus intereses, aunque no esconde que todo lo ocurrido ha sido por una negligencia evidente de la propia corporación, que por desconocimiento o pasividad, nunca registró lo que era de su ciudad.
La situación de los indianos es aún más compleja. Lanzar polvos y vestirse de blanco no es patentable. Sin embargo, el área de Fiestas, que dirige Marta Poggio, pretende registrar el logotipo de los festejos, que se aprobará previsiblemente el 14 de enero tras un concurso popular, con la intención de que el nombre de las fiestas quede relacionada con Santa Cruz de La Palma, además de estar en marcha un expediente para declarar los indianos como Bien de Interés Regional. El objetivo es evitar que Gran Canaria acabe por monopolizar el acto, después de copiarlo desde hace ya algunas ediciones de su Carnaval.

La figura más carismática de los indianos sí está registrada. En este caso, la "Negra Tomasa" pertenece a otra joyería, mientras que su "hija", que denominan "La Tomasita", también fue patentada por una artesanía de la capital, en una disputa comercial por los principales elementos.
Víctor Martín
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