“Ahí detrás casi acabamos de matar a una persona” se lamentaba a los pocos minutos del accidente y en los micrófonos de Teide Radio Willy Jorge, el responsable del traje desde el que surgió la llama que le ha costado a Saida Prieto quemaduras en buena parte de su cuerpo y de las que anoche se recuperaba, estable dentro de la gravedad de sus heridas, en el centro nacional de referencia para quemados Virgen del Rocío (Sevilla).
Tal y como ya se informó en la edición de ayer, Cruz (número 9 en el orden de salida) se encontraba detrás de Prieto (número 7) en la rampa de salida hacia el escenario de la Gala de la Reina chicharrera. Fue entonces cuando el fuego surgió inopinadamente de uno de sus cañones.
Como gasolina
Los testigos señalan que la llamarada resultó tan instantánea como espectacular, al punto que el bombero que ayudó a sofocarla, Sebastián Negrín, manifestó ayer a Cope Canarias que “en 35 años de servicio activo que llevo nunca había visto un fuego así, era algo impresionante, al punto que en un principio pensamos que era como un fósforo arrojado a un tanque de gasolina. Vaciamos 25 kilos de polvo de los extintores y aún así costó dominarlo”, relataba este providencial bombero.
En cuanto a los diseñadores de la fantasía afectada, hay que destacar que Víctor Manuel Díaz Lladó fue ingresado ayer de nuevo a consecuencia de las heridas sufridas durante el heroico rescate. Si ya en la noche de autos Víctor tuvo que ser curado en las Urgencias del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria (luego se presentaría en el HUC a interesarse por Saida con una aparatosa venda en la cabeza).
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