´No me gustan los desfiles ni los concursos de belleza´

No le gustan los desfiles, ni los castings ni los concursos de bellezas. Dice que es un mundo muy "superficial". Sin embargo, Jennifer Alonso Morales, de 24 años, sí tenía claro que quería ser candidata a Reina del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife, porque para ella esto no es un certamen donde una chica gana por ser la más guapa. "En este caso se elige un traje, una fantasía creada por un diseñador, nosotras solo la llevamos", comenta. Su madre en un principio no quería que Jennifer participara en el Carnaval. Tenía miedo por lo que había ocurrido en la anterior Gala, en la que Saida Prieto sufrió graves quemaduras por los efectos pirotécnicos utilizados por Willy Jorge. Ahora ese miedo está olvidado. "Al ver lo que siento, ahora tiene la misma ilusión que yo", dice Jennifer. Si gana, le dedicará el cetro a su padre, que ya no está.

–¿Cómo se convierte en candidata a Reina del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife?

–Pues gracias a mis amigas que me animaron. Yo siempre había tenido la ilusión de subirme al escenario de la Gala de la Reina, pero me había dado vergüenza presentarme a un casting. Conocí a uno de mis diseñadores en su propia peluquería. Ellos habían presentado a una amiga mía el año pasado. Ni corta ni perezosa, y sin pensármelo mucho porque no lo hubiese hecho, yo misma le pedí que me diera una oportunidad. Hicieron una selección entre unas 21 chicas y finalmente me cogieron a mí y a Itziar, una niña con la que hice muy buenas migas desde el principio. La verdad es que ahora somos muy buenas amigas y es genial compartir esta experiencia juntas. Es que mis diseñadores presentan dos fantasías este año.

–¿Nunca antes se había presentado a un casting? ¿Y a un concurso de belleza?

–La verdad es que no. No me gusta ese mundo. Ni los casting, ni los desfiles y menos los concursos de belleza. Me parece todo eso muy superficial, yo soy mucho más sencilla. Sí tenía la ilusión de ser candidata a Reina del Carnaval porque en este caso lo que se elige es una fantasía, una creación realizada por un artista, por un diseñador. Nosotras solo llevamos el traje.

–¿Es carnavalera?

–Muchísimo, aunque no soy una fanática de las murgas, lo reconozco. Las Galas sí las he visto todas, me encantan.

–¿Ha visto su traje? ¿Podría definirlo con una sola palabra?

–Es maravilloso, mágico, imponente. Me encanta. Además, tiene mis colores preferidos. Me siento muy identificada con él. La verdad es que he tenido la suerte de que la fantasía me guste muchísimo.

–¿Cree que su fantasía tiene posibilidades?

–Por supuesto.

–¿A quién le dedicaría el cetro en el caso de que ganase?

–A toda la gente que ha confiado en mí. Y a mi padre, por supuesto, que ya no está.

–¿Tras lo ocurrido en la pasada Gala, en la que la candidata Saida Prieto sufrió graves quemaduras por los efectos pirotécnicos utilizados por Willy Jorge, ha sentido algo de miedo?

–Yo no, pero mi madre sí. Al principio no quería que participara en el Carnaval. Tampoco le gustan mucho este tipo de concursos, piensa que lo voy a pasar mal. Pero al ver lo que estoy sintiendo, ahora tiene la misma ilusión que yo. Está muy contenta. Y con respecto al miedo por el accidente del año pasado, estamos tranquilas porque las medidas de seguridad en esta ocasión son muy estrictas.

–¿Cambiaría algo del Carnaval chicharrero?

–Lo único que cambiaría es el hecho de que a veces se producen peleas. Me gustaría salir totalmente tranquila a la calle.

–¿Estudia o trabaja?

–Ahora estoy parada. Trabajaba en una clínica. Soy técnico en Administración y Finanzas y auxiliar de Enfermería.

–¿Cuáles son sus aficiones?

–Me gusta el deporte, la playa y estar con mis amigas y con mi familia, por supuesto.

–Su comida preferida.

–El rancho canario.

–Una película.

–Un paseo para recordar.

–¿Le gusta el tema en el que se inspira el Carnaval, los dibujos animados?

–Sí, me gusta.

–¿Cuáles eran su preferidos?

–Todas las películas de Disney.

–Sus virtudes.

–Soy muy luchadora, positiva y bastante alegre.

–Sus defectos.

–Soy muy cabezona y tengo muy mal despertar.

Eloísa Reverón