La Reina más novelera

Disfrutar de la vida, bailar, sonreír y bromear. Estas son las medicinas que logran que los 78 años de Rosenda Campos Díaz, la Reina de los Mayores del Carnaval de Santa Cruz 2015, apenas se noten. Confiesa a la opinión de tenerife, entre carcajadas, que ahora, una vez conseguido el título carnavalero, quiere un "novio negro", porque "tienen buena fama". Su diseñador, Samuel Curbelo, cuenta que Rosenda Campos "es así", "siempre está bromeando y transmite una energía y una alegría envidiables". "Conocí a uno en Túnez y me saqué una foto con él, pero no la encuentro. Yo blancos ya no quiero", dice la gran Reina.

Rosenda ha disfrutado del Carnaval desde que tiene uso de razón. Recuerda lo bien que se lo pasaba con sus amigas cuando eran "jóvenes". "En aquel entonces la fiesta estaba prohibida, pero nosotras nos poníamos cualquier cosa y máscaras para que no nos reconociera nadie. Nos íbamos de casa en casa y era la manera de conocer a nuestras suegras cuando un chico nos gustaba. Ellas no sabían quiénes éramos", cuenta la Reina de los Mayores. También le vienen a la memoria "aquellos grandes bailes en el Teatro Guimerá". Ella iba con su marido, que también era muy carnavalero y que falleció hace siete años. Precisamente, porque estaba casada, dice, no se atrevió a presentarse, "antes de llegar a la tercera edad", a una Gala de la Reina.

El año pasado, su hija Eva se puso en contacto con el diseñador Samuel Curbelo al que no conocía de nada, pero cuyas fantasías admiraba. Eva le pidió a Samuel que hiciera un traje para su pequeña y también para su madre. "Yo en principio me mostré un poco reacia, pero entre lo que me animó mi hija y las ganas de fiesta que tengo siempre, pues me animé", apunta Rosenda. En 2014, esta vecina de Güímar logró el título de segunda dama de honor y nada más finalizada la Gala le propuso al diseñador que este año también volviera a contar con ella. "Es que me encanta el Carnaval, yo no entiendo a la gente que no le gusta. Es que disfruto con todos los actos. Mi hija me lleva para todos los sitios, eso de quedarse en casa no es para mí", comenta.

Rosenda y Samuel volvieron a repetir juntos en esta edición del Carnaval y esta vez sí se hicieron con el título de Reina. "Yo no me lo podía creer, sentí un hormigueo por todo el cuerpo que no puedo explicar. Esto es maravilloso. Estoy disfrutando como una niña pequeña", indica Rosenda Campos Díaz. Aprovecha para informar de que su gran pasión es bailar y, por eso, desde que comenzó hasta que acabó la Gala de los Mayores, que tuvo lugar el pasado miércoles en el Recinto Ferial de Santa Cruz y que duró casi tres horas, no paró de moverse al ritmo de la música ni un solo segundo.

"Es increíble la energía y las ganas de divertirse que tiene esta mujer durante todo el día. Yo estoy encantando de haberla conocido. Pasar un rato con ella te llena de energía positiva y no haces sino reírte. Ahora no hace sino bromear con que le busque un novio negro", manifiesta el diseñador.

Samuel Curbelo realizó su primera fantasía cuando tan solo tenía 15 años, porque "me apasiona este mundo". Lo hizo en los Carnavales de Guía de Isora, cuando aún no se habían suspendido por falta de presupuesto, y logró el título de Reina adulta. Empezó a participar en la fiesta de Santa Cruz hace tres años, en concreto, en la Gala infantil. Entonces, consiguió una quinta dama. En 2014, se hizo con la primera dama en la Gala infantil y con la segunda en el acto de los mayores. Y en esta edición del Carnaval ha conseguido la Reina de la tercera edad y la cuarta dama infantil. Ahora su "gran ilusión" es diseñar una fantasía para la Gala adulta de Santa Cruz, "ojalá algún patrocinador se fije en mi trabajo". "Desde que comencé con mis trajes siempre he conseguido premio", añade Samuel, quien anuncia que el próximo año participará en todas las galas que pueda.

Tanto Rosenda Campos como Samuel Curbelo aprovechan para pedir al Ayuntamiento de la capital que conceda una subvención a todos los diseñadores que presenten trajes para la Gala de los Mayores, para que así este acto no desaparezca, porque cada vez son menos las candidatas que participan.

Eloísa Reverón