Materiales que no "lastren" los movimientos de los artistas y que sean fáciles de lavar y planchar. Eso es lo que buscó Martínez en el momento de dar forma a unos bocetos que "no podían ser confeccionados en seda porque a los tres minutos de ponértelos están completamente arrugados. Las telas lógicamente no tienen las mismas texturas que los originales, pero sí que nos hemos acercado bastante a esa realidad", desvela el autor de las prendas que lucirán 15 hombres y otras quince mujeres. "El grupo tiene unos ocho cambios durante la función y Evita 15 o 15. Todo eso ocurre en segundos y es importante tomar decisiones que no demoren la marcha del espectáculo".
La "Evita" tinerfeña, que regresa a la cartelera madrileña 35 años después de su estreno, recibió en octubre del pasado año una nominación a los "BroadwayWorld Spain" en el apartado reservado al vestuario. "No ganamos, lógicamente, porque hay producciones que manejan un presupuesto español que siempre parten con ventaja, pero valoraron muy bien el trabajo realizado", rescata Leo Martínez sobre una gala que dio otras 12 opciones de premio al proyecto pensado por Azpilicueta.
Autor también del vestuario de "Jesucristo Superstar", Leo observa unas diferencias obvias entre los dos títulos. "En ese trabajo hay una parte que se aproxima muchísimo al music hall en el que estalla la fantasía, mientras que en "Evita" se da un rigor, que también está en el guion de Jesucristo Superstar, que tiene que ver con la sencillez con la que se retrata a un personaje que brilla con luz propia cuando sueña con ser artista. Es una propuesta con menos glamour y riesgo, pero que exige conocer bien esta parte de la historia", reivindica un diseñador que remarca que tanto en los musicales como en la ópera hay que usar la creatividad de forma razonada. "En el teatro existe una línea que no se puede cruzar para evitar caer en lo que es el carnaval".

Jorge Dávila
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