Sobre la fantasía, los diseñadores casi nada pueden revelar con el fin de que resulte una sorpresa para todos, pero Carolina afirma que “es tan elegante, fino y delicado como la niña que la lucirá”. Naomi Álvarez se vestirá de pedrería, lentejuelas, plumas y escarcha, tras ser elegida entre varias aspirantes. “Con nuestros diseños perseguimos también que el traje sea innovador” asegura, y dice que ambos le prestan mucha atención a los acabados. “Es imprescindible que puedas verlo de cerca y todo esté bien rematado”, indican. “Preferimos un traje más sencillo pero bien terminado y con todos sus detalles”. En mayo se plantearon las primeras ideas del traje que llevará Naomi Álvarez, quien al ver el diseño aseguró: “Yo me veo. Este es mi traje”, y así lo creyeron también los diseñadores, que desde el principio apartaron su currículo, “a pesar de que se presentaron chicas guapísimas que se merecían también estar ahí”. Carolina afirma que “ha habido feeling entre los tres desde el principio”.
Víctor y su mujer son un equipo que se complementa perfectamente en el trabajo, aunque comentan que “en la época de Carnaval es cuando más discutimos de todo el año”. El diseñador explica que se sintió arrastrado por su mujer a este mundo de la creación y confiesa que al principio no le gustaba demasiado. “Con el tiempo estoy tan implicado como ella”, apunta.
Él trabaja como soldador y cerrajero, así que además de hacer los bocetos de los diseños bajo las instrucciones exigentes de su mujer, también se encarga de montar las estructuras de los trajes, trabajo que otros diseñadores han de encargar a otros profesionales, con el gasto que eso significa. Víctor afirma que se pueden hacer fantasías muy dignas y espectaculares sin necesidad de tanto presupuesto.
Carolina es esteticista y ella es la encargada de elegir los colores, las telas y hacer los tocados que cubrirán la cabeza de la candidata. En cuanto al cuerpo del traje, para esta ocasión decidieron que Naomi enseñara un poco más el cuerpo “porque ella puede”. En un principio, explica la creadora, “el traje era con un corpiño que le cubría demasiado, pero decidimos restarle tela
Implicación familiar
Una costurera trabaja con ellos, pero afirman que todas las manos son pocas y tienen a toda la familia implicada en la creación del traje para el concurso. “Mi padre que se acaba de jubilar está ayudándonos mucho y lo vive con tanta ilusión como nosotros y desde las siete de la mañana está en el taller”. “Mi madre cose lentejuelas y pega pedrería”, afirma Carolina.
La elaboración de un traje para presentarlo al concurso de Elección de la Reina del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife conlleva horas y horas de trabajo. La fantasía de Naomi ya está casi lista, aunque han tenido que sacrificar días tan especiales como los de Nochebuena y Fin de Año, entre otros, en los que después de cenar “nos pusimos toda la familia coser viendo a Isabel Pantoja en la televisión”.
“Lo malo de terminar el traje antes de la fecha, es que luego le das vueltas a la cabeza y quieres agregar detalles, así que no acabamos nunca”, asegura Víctor.
Estos diseñadores que tienen su taller en el barrio lagunero de La Candelaria, reconocen que aunque les vienen a la mente ideas a lo largo de todo el año, en cualquier situación, el Carnaval de la edición anterior es lo que les sirve de inspiración para crear sus fantasías. Desde que finaliza la fiesta, las expectativas y los esfuerzos están puestos en el siguiente Carnaval. “Esto tienes que vivirlo, y nosotros lo hacemos”, apunta.
Competencia
Carolina y Víctor aseguran no saber nada sobre los diseños de los trajes del resto de los diseñadores, “ni siquiera en qué línea están”. “Nosotros tenemos mucha ilusión porque hemos trabajado muy duro y cuando se abran las puertas del escenario haremos lo imposible porque Naomi y el traje entren y salgan bien”, explica.
Es una responsabilidad muy grande y se pasan muchos nervios, comentan, “de cara a la niña que se presenta, a la sociedad tinerfeña a quien siempre se quiere satisfacer y a los patrocinadores que confían en ti y dan lo mucho o poco que pueden para que se haga el trabajo”.
“No somos de los que lloramos porque estamos más en lo que estamos”, aseguran. Eso sí, si ganara nuestro traje seguro que lloraríamos, saltaríamos, gritaríamos…”.
En cuanto a la Gala de la Reina como espectáculo, estos diseñadores opinan que en los últimos años la introducción de bailarines a los lados de la reina está desviando la atención que debería estar puesta en los trajes. El escenario, aunque reconocen que es muy difícil adaptarlo para el desfile de las espectaculares fantasías, siempre da algún problema.
“Este año esperamos que Juan Carlos Armas sabiendo los problemas que tenemos los diseñadores haya tomado nota de los fallos anteriores”, dice Víctor quien asegura confiar en el director de la Gala. “Lo que no puede ser es que la candidata entrante y la saliente lo hagan por la misma puerta porque se entorpecen el paso”, explican.
En realidad, comenta Víctor, “la intención de tenernos en cuenta está, pero al final no sale como se había planificado”. Por ejemplo, el año pasado antes de la Gala, no se sabía si todas las niñas podían salir en la cabalgata porque no había coches para ellas. Al final pidieron que consiguieran los coches los propios diseñadores, explican.
Lo peor no es la Gala de la Reina, es la espera en casi todos los actos, las complicaciones para subir a las carrozas etcétera.
Cavilladó ven como el mejor escenario para lucir los trajes la cabalgata de Ritmo y Armonía, con las batucadas y la noche, todos los diseños están impresionante”.
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