martes, 7 de febrero de 2012

"No vine al concurso a ganar, sino a disfrutarlo"

Ingenio, “ilusión” y cooperativismo. Un cóctel perfecto para lograr el cetro de Reina infantil del Carnaval 2012 de Santa Cruz de Tenerife. La pequeña Aída Quintero Domínguez (Santa Cruz de Tenerife, 2001) hizo cumplir a su primo, el diseñador Javier Caraballero Morales (Santa Cruz de Tenerife, 1988) la promesa de que la presentaría al ansiado título este año. Y no erró en el empeño. Juntos escribieron las páginas de “un cuento infantil” llamado Aquí con mi loro, guardando el tesoro, una historia personalizada con final feliz.

“Todavía no me lo termino de creer”. Aún con el estupor de haber logrado el favor del jurado el pasado domingo, el diseñador confesaba ayer que siente “una alegría enorme” por ver recompensado el trabajo llevado a cabo en los últimos meses, aunque observa que gran parte del mérito es de Aída. “El traje puede ser precioso pero si luego la candidata no lo sabe lucir no va a salir nada porque al final la que es reina es ella”. De hecho, si algo destacó del desfile de la pequeña ayer fue la brillante interpretación que hizo de su fantasía. “No venía al concurso para ganar, sino para disfrutarlo y si quedamos algo, mejor, porque al final si no quedas nada te vas a desilusionar y si ganas te emocionas un montón”, confiesa la pequeña.

Con formación autodidacta, lo que ha movido a Javier Caraballero a presentar por segundo año consecutivo candidata a reina ha sido una gran pasión por este acto de las Carnestolendas, un sueño infantil que ha logrado materializar en un proyecto cooperativista. “Desde pequeñito jugaba mucho con los Playmobil y obligaba a mis dos hermanos a hacerles un traje de reina y yo otro claro; luego, en el cuarto de mi madre montaba un escenario y hacía las galas donde mis padres eran el jurado”, relata el creador. Apasionado de las artes en cualquiera de sus variantes, el diseñador implicó a toda su familia en el proceso de elaboración de la fantasía ganadora: “Tengo una tía que trabaja en una tapicería y cose, un amigo costurero, mi hermano me soldó la estructura con una cama antigua de mi cuarto; llegué a tener hasta 20 personas trabajando en el salón de mi casa”, explica Javier agradecido.

“Algo muy bueno de Aída que no suelen tener las niñas que se presentan es que ella participó en la elaboración del traje”, indica el diseñador. La pequeña Reina, una integrante más del equipo artístico, añade que incluso llegó a hacer algunas aportaciones propias como “el molde de una calavera” y “las piedritas doradas de la bandera del barco”.

Aquí con mi loro, guardando el tesoro, la fantasía con la que Aída Quintero obtuvo el domingo el título de Reina infantil del Carnaval, evoca aquellas recreaciones de las galas que Javier Caraballero hacía con los Playmobil cuando era pequeño, eso sí, con un toque de inocencia. “Es una de las cosas que siempre he criticado de los trajes de candidatas infantiles, muchos de ellos no son propios de niñas”, apostilla el creador. “No hay por qué contar una historia de Disney, pero cualquier creación que hagas tiene que tener ese toque infantil”, que se logra “simplemente con los complementos”, insiste Caraballero.

Tanto Javier Caraballero como Aída Quintero cuentan con el respaldo de la Asociación de Vecinos y Cultural El Drago, aunque la financiación del traje ha contado con la contribución económica de todos, “ingenio” y “mucha ilusión”. Las exigencias de calidad y profesionalidad de un concurso como este implican que en momentos de crisis “la gente lo que hace es reciclar más, pero sí se echa en falta más dinero con el que se podrían hacer cosas más bonitas”, advierte el diseñador, licenciado en Psicología.

 Nana García

No hay comentarios:

Publicar un comentario