–¿Con qué sensaciones se marcha de Tenerife La Cañonera?
–Todas positivas, y por momentos, espectaculares. Ha sido increíble la hospitalidad de Bambones y la acogida de la gente. Nosotros, que venimos de un público apático y frío en el Falla, llegamos aquí y vemos a la gente de pie y aplaudiendo. Se pueden poner todos los adjetivos positivos del mundo. Maravilloso, espectacular, wonderful, de chapó?
–¿Un momento de estos cuatro días?
–Con todos mis respetos a Candelaria, me quedo con La Laguna. Cuando estamos cantando y empieza a llover. Hay gente que se va, pero muchos se quedan estoicamente hasta que terminamos para aplaudirnos. Son cosas que me ponen los pelos de punta. Eso es pasión.
–Por ese momento y por todos los demás, ¿esperaban una acogida así?
–Para nada. Como decía antes hay una gran diferencia porque en Cádiz los coros somos los únicos que defendemos el Carnaval, pero nos encontramos con un público apático. Sabíamos que había una expectación creada, pero no pensábamos que ocurriera todo esto. Nos vamos con un regusto de haberle cantado a un pueblo bueno. De gente auténtica.
–¿Se sintieron cómodos actuando en escenarios que para nada se asemejan al Falla ni a las carrozas en las que actúan por las calles en Cádiz?
–El coro, antes de cada actuación en el Falla, se pone muy nervioso, y aquí llegábamos también con cierto miedo. Pero cuando hemos visto a ese público que se ríe con nuestros cuplés y que entiende nuestros tangos, pues nos hemos sentido como si estuviéramos en las propias calles de Cádiz. Hubo una fusión entre los actuantes y la afición.
–¿Qué le han parecido las murgas tinerfeñas?
–Tuvimos la oportunidad de ver algunas en Tegueste el pasado jueves, y me encantaron. Tomé nota en mi libreta de la armonía, la sensación de colores, de la fusión de sentimientos. He podido mangar un poco, como decimos en Cádiz. Coger todo tipo de ideas. A Bambones ya estaba cansado de escucharlos, pero en Candelaria cantaron un tema que no había oído, el de los bancos, y me encantó esa forma de dar caña, con valentía. Lo que sí he echado en falta, tal vez, es una cierta falta de improvisación, tener capacidad de reacción hacia ciertos acontecimientos.
–Las murgas y los coros, ¿son mejores, peores o simplemente diferentes?
–Son muy diferentes. Por ejemplo, nosotros llevamos orquesta de pulso y púa para introducir el tango, mientras que ellos recurren al diapasón para dar el tono. Nosotros cantamos compactos y aquí las murgas las veo más por grupos. Luego, en voces, nosotros usamos cinco o seis diferentes y en Tenerife solo se usan tres o a lo sumo cuatro.
–¿Qué es lo que más le ha llamado la atención de las murgas tinerfeñas?
–El tipo, el disfraz completo con maquillaje. Me llama poderosamente la atención esa puesta a punto y cómo cuidan la manera en la que se pintan.
–Por lo que ha podido ver en internet y tras lo presenciado en directo estos días, ¿se siente capacitado para escribir algo para alguna murga?
–Sí, sí. Aunque pueda sonar algo presuntuoso, pero me veo capacitado, sí. Creo que hay una cierta afinidad en las formas de escribir, aunque aquí no existe tanto sentimentalismo, ese tipo de letra como la que cantamos a Saida.
–¿Y ve a alguna murga capaz de acoplarse a lo que es, por ejemplo, un coro?
–Quizá lo más complicado sea acoplarse a un reglamento que nos prohíbe ampliar la creatividad del autor. Todo es no, y eso está encorsetando el concurso. Hace 100 años se metían todo tipo de instrumentos para enriquecer las músicas. Se cantaba de todo. Pero ahora no y eso está provocando que se pierda la verdadera esencia de lo que es el concurso. Creo que en las murgas habría capacidad literal y musical, pero no pienso que tengan capacidad de soportar todo lo que piden.
–Desde hace años se ha hablado de supuestos plagios de las murgas tinerfeñas hacia las chirigotas gaditanas. ¿Realmente existen o son leyendas?
–No me consta. Y eso que hemos escuchado muchas cosas de aquí. Sin embargo, en la Península sí se usan repertorios enteros de chirigoteros gaditanos. Hay un plagio total.
–¿Ser compositor en el Carnaval de Cádiz permite ganarse la vida?
–Ocurre con autores que a lo mejor están necesitados económicamente porque se han quedado sin trabajo. Sucede generalmente en las comparsas. Pero la mayoría no vivimos de esto ni pedimos dinero por ello. Ya luego todas las agrupaciones sí cobran por los derechos de cada actuación y grabación
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