viernes, 1 de febrero de 2013

Un escenario contra reloj


Tejure, ayer, en el escenario del recinto ferial de Arrecife. | adriel perdomoEl personal de la Concejalía de Festejos del Ayuntamiento de Arrecife trabaja a contrarreloj en el recinto ferial para la puesta a punto del decorado del escenario del carnaval, inspirado este año en el tradicional baile de la sábana. Aunque Festejos ya había realizado las distintas piezas del montaje, la incertidumbre hasta la semana pasada por parte del consistorio y el Cabildo de contratar a una empresa que se hiciera cargo de instalar la carpa, las gradas, la iluminación, el sonido, el vallado y la infraestructura para colocar la decoración, retrasó hasta el sábado el inicio de las operaciones.

"El trabajo que normalmente realizamos en tres semanas, ahora lo tenemos que hacer en solo siete días y con una media de entre cinco y seis trabajadores. Empezamos a las siete de la mañana y estamos hasta la madrugada", aseguró Juan José Torres (Tejure), diseñador del escenario y responsable de dirección artística en el departamento de Festejos.

La clave para que todo esté a tiempo está en "la organización y profesionalidad de los equipos de montaje del decorado, luz, sonido y resto de elementos pues, de lo contrario, no llegaríamos a tiempo para estas fiestas. Las prisas son malas consejeras, pero con una buena organización y la voluntad del personal se resuelven las cosas", indicó Tejure. Aunque el primer acto del recinto ferial no se celebrará hasta el próximo lunes, con la primera fase del concurso de murgas, "el escenario es la carta de presentación de las fiestas y tiene que estar antes del día del pregón". El pregón será este sábado, a partir de las ocho de la tarde, en el Parque José Ramírez Cerdá. La persona elegida por el ayuntamiento para inaugurar la fiesta es el popular carnavalero de Arrecife José García.

La máscara es el elemento central de la ambientación del baile de la sábana. Para ello, se han utilizado elementos reciclados de otras carnestolendas, explicó Tejure. Es el caso de una calavera, que simboliza la muerte, procedente de la ornamentación vikinga que se utilizó en una edición anterior; la careta de un joven de la temática del fantasma de la ópera; y la pieza central, un gran antifaz en referencia al dios Baco. "En su día, cuando construimos estos elementos, ya lo hicimos pensando en la posibilidad de volverlos a utilizar algún día", aseveró Tejure.

Unos trazos a imitación del viento son otros de los adornos. Forman parte de todo el montaje, que tiene unas dimensiones de 25 metros de largo y 9 metros de alto
LaProvincia-DiariodeLasPalmasAránzazu Fernández

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