Flanqueada por su madre, Dulce Hernández, y por el letrado contratado la semana pasada -uno de los abogados que ha ganado uno de los pleitos de Las Teresitas-, Saida comenzó leyendo un comunicado de agradecimientos, incluyendo al HUC. Ayer aclararon que si volvió a Sevilla no fue por la mala atención recibida en el HUC, sino por la siquiatra del Rocío, que le dio el alta antes de tiempo, dijo la madre de Saida.
El comunicado terminó con un párrafo que marcó el inicio de su batalla judicial: "Lo he pasado muy mal. Han destrozado una vida. Por mí y por mi hija voy a luchar hasta el final caiga quien caiga, pese a quien pese, cueste lo que cueste", para añadir: "Como si tiene que caer Willy Jorge o el gerente". Preguntada sobre si había recibido la llamada de Willy Jorge y de la joven que vistió la fantasía de la que salió el fuego, Saida se mostró parca, y hasta dolida, al asegurar que no recibió su llamada, a diferencia del resto.
Durante 50 minutos, Saida y su madre intentaron trasladar también los sentimientos vividos durante estos meses: "Mi hija permaneció encerrada en un zulo de cristal". "Lo primero que dijo Saida cuando abrió los ojos en Sevilla fue: ¿Dónde están los bomberos? ¿Por qué se apartó la gente?".
Saida señaló a Willy Jorge, autor de la fantasía de los fuegos artificiales, como el "máximo responsable de lo ocurrido", para sentenciar: "Me lo tienen que pagar", por más que su abogado dijera que solo se han personado como parte afectada, y no como acusación, para luego elogiar el trato del alcalde. "En el recinto me dijeron que mi hija tenía cuatro quemaduras leves y un ataque de ansiedad", añadió Dulce.
"Si el año que viene puedo, estaré de nuevo encima de un escenario", dijo Saida, tanto como componente de su comparsa, Los Cariocas, como aspirante a reina: "No quiero que ese sueño me lo vuelvan a arrebatar; lo haré con mis diseñadores".
Humberto Gonar
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