"Tengo ganas de hacer algo para los de la comisión", fueron las palabras de Beny Ramos, el promotor de esta iniciativa que comenzó con el propósito de realizar "una fanfarria con todos los que participáramos vestidos de blanco". Ni siquiera el propósito original era utilizar polvos, sino agua. "Pero después se celebra el baile y no era cuestión de estar en él mojado". Esa reflexión fue la que les hizo plantearse el uso de los polvos.
La primera edición, que tiene lugar el lunes después del último día grande de la fiesta, ya fue un éxito "porque lo que en principio era para los de la comisión de fiestas, terminó siendo una fiesta de todo el pueblo". Y va creciendo con los años.
Beny Ramos cree que "la fiesta de los polvos blancos", que así la denominan, "no tiene nada que ver con Los Indianos". Y lo defiende así: "El primer año hubo quien apareció caracterizado de la Negra Tomasa (personaje propio de la fiesta de Santa Cruz de La Palma) y le dijimos que se equivocaba, que la cosa no iba por ahí, que no se confundiera".
Este año, "de blanco y con los botes de polvos de talco en la mano, la comitiva salió de la plaza de San Antonio, el Tagorillo, acompañados por la música de los instrumentos de viento y cuerda de un grupo, compuesto por jóvenes del pueblo que se unieron para la ocasión. Una vez terminado el recorrido en la plaza de la iglesia, los presentes disfrutaron de la música de Proyecto Joven".
J.A.M.
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