jueves, 29 de enero de 2015

Tomy da un paso al frente


Enlace permanente de imagen incrustadaUno de los momentos más entrañables de la primera fase del concurso de murgas fue el que protagonizaron Maxi y Tomy Carvajal. Sin que nadie lo sospechara y sin previo aviso a la grada, el padre y director de Diablos Locos cedía la batuta a su hijo. El pequeño lo bordó y demostró tablas sobre el escenario. Fue, sin duda, una de las gratas sorpresas de la noche.

"Nada más entrar estaba totalmente nervioso pero luego se me fue quitando", apunta el joven protagonista, uno de los auténticos iconos de la murga chicharrera. "Luego se me fue pasando la tensión y lo disfruté", dice Tomy, que se puso frente a sus compañeros durante el primero de los temas.

El novel murguero confiesa que solo había ensayado como director "apenas dos días, jueves y viernes", y que la decisión fue de su padre y del alma máter del grupo crítico, Víctor Asensio. "Yo dije que sí enseguida, no lo dudé", cuenta el canterano, que recibía ayer la felicitación de todos sus compañeros.


Tomy dedicó su brillante actuación "en especial" a su abuelo y su tío. Su presencia en el sitio que habitualmente ocupa Maxi Carvajal se producía justo en el 20 aniversario de aquel concurso de murgas donde a los Diablos no los dirigió nadie. Una peluca, de forma simbólica, apareció en el sitio que ocupaba el entonces desaparecido y ahora celebérrimo Tom Carby.

Aunque no lo parezca, el tercer director de la saga tenía el lunes una gran responsabilidad. "Si llego a equivocarme en algún movimiento o indicación, la liamos", bromea, ahora que ya los nervios se han disipado. Lo que la larga legión de seguidores trónicos tal vez desconozca es que la implicación del pequeño en el día a día de la murga es total. "Estoy para todo, desde limpiar unas botas a arreglar unos tocados", explica. Para su familia, Diablos es casi una religión. "Estoy en la murga desde que tenía un año, que me sacaron en carrito", apunta.

El pequeño de la trónica murga tiene "muchos recuerdos" de sus numerosos Carnavales. El mejor, poder cantar la Fasnia; el peor, tal vez cuando intentaron descalificar a los Diablos por haber participado en fila sin tener la edad requerida para salir a concurso. "Al final, sí que pude participar de mascota en la final y fue increíble cantar en el estadio", rememora. Desde el lunes hasta hoy se ha multiplicado su número de seguidores en las redes sociales. "Te sientes famoso por un día", dice entre risas.

La Opinión de Tenerife 

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