Tal y como habían anunciado, las concejalías de Fiestas y Medio Ambiente, con el apoyo de la Policía Local, iniciaron este fin de semana las primeras inspecciones para comprobar que los distintos locales del cuadrilátero del Carnaval de Santa Cruz y sus inmediaciones cumplían no solo con las normas referentes a los decibelios máximos de la música, sino también que contaban con todos los permisos en regla. En total se levantaron 16 actas por distintos incumplimentos relacionados con la música y sus niveles máximos.
El mayor número de infracciones por las que se levantó acta, una decena, tuvo que ver con espacios que ni siquiera habían pedido permiso a Fiestas para poner música. Según detalló el concejal de Medio Ambiente, Carlos Correa, “se trata de locales que, tras solicitarles los permisos correspondientes para ponerla, se constató que no contaban con la autorización de Fiestas para ello”. Según detalló Correa, estas infracciones se han remitido directamente a la Gerencia Municipal de Urbanismo, ya que se trata de expedientes por falta de licencia de actividad. “En su mayoría son negocios que tienen licencia de cafetería y se encuentran en los anexos del cuadrilátero, que, aprovechando la situación, han decidido saltarse las normas”.
El resto de actas, otras seis, están relacionadas con locales en los que se detectó problemas con el limitador de sonido, que están obligados a instalar una vez reciben la autorización, según las normas de la Concejalía responsable de la organización del Carnaval. “En algunos casos, el limitador no estaba correctamente configurado, y en otros, directamente no estaba conectado”, detalló Correa. Estas seis actas sí fueron remitidas a Fiestas, que será el área que decida qué tipo de sanción se impondrá a los infractores.
Según detalló el edil de Medio Ambiente, las inspecciones se iniciaron el viernes por la noche. “Se acudió a los locales en una primera comprobación de los permisos para poner música concedidos por Fiestas. A aquellos que no cumplían con los limitadores, se les advirtió verbalmente”. Ya el sábado por la noche, “procedimos a una inspección más a fondo y es cuando se levantaron las actas”.
Correa quiso destacar que la mayoría de los negocios cumplen escrupulosamente con las normas, que, recordó, establecen un límite de 96 decibelios para la zona del cuadrilátero, y de 105 para los escenarios. Criticó a los que, “aprovechando que ya hay música, decidan sacar partido de la situación y, mientras unos cumplen y pagan su canon para poner música, cinco metros más allá se saltan las normas”. Correa hizo un llamamiento a la responsabilidad de todos para que durante las noches del Carnaval se cumplan con las limitaciones impuestas y que haya un disfrute responsable de la fiesta.
Natalia Torres
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