Olvido Gara (México, 1963) o lo que es lo mismo, Alaska, le puso ayer banda sonora a la Gala Drag con Nacho Canut, la otra parte de Fangoria, grupo con el que sigue retorciendo palabras de amor en el escenario. Se muestra comprensiva hasta con el obispo de Canarias, porque en cuestiones de humor, arte y transgresión, "los humanos no tenemos remedio".
Una vedete que triunfa en el cine y en televisión, iconos del Orgullo Gay como usted, DJ residentes en Brasil y hasta Mario Vaquerizo entre el público... ¿Qué está pasando aquí?
Pues que es Carnaval (risas) y que tienen ustedes uno de los mejores carnavales del mundo. ¿Le extraña acaso? No. Es normal. Antes, hace muchísimos años, cuando sólo existía la Gala de la Reina, el Carnaval tenía otro tipo de implicaciones culturales. No lo sé. Yo lo he conocido más a partir de la Gala Drag y eso ha ampliado muchísimo más el nivel de la oferta cultural que puede haber alrededor del Carnaval.
La fiesta es ya de interés turístico nacional y en cinco años aspira a obtener esta distinción en el plano internacional.
La burocracia supongo que tiene sus pasos, pero debería serlo ya. Y no sólo por la Gala de la Reina, que es espectacular, sino porque es un Carnaval completamente distinto al de Brasil o el de Venecia, que no tiene comparación. La Gala Drag es algo muy concreto que ha ocurrido aquí y en ningún otro sitio. No se trata de travestismo ni de transformismo. No es eso. Es un tipo de actuación, un tipo de aproximación artística diferente. Me imagino que es sólo cuestión de burocracia, de esperar los años hasta que llegue.
¿Alguna recomendación o sugerencia para lograr esa distinción internacional?
No creo que sea la persona más adecuada para aconsejar nada. Es algo que caerá por su propio peso si se hacen las cosas bien.
¿Ha estado en la Gala Drag?
Sí, hace diez o doce años actuamos en la Gala.
¿Echa en falta algún tipo de hermanamiento con el Día el Orgullo Gay de Madrid?
No, porque entonces entramos en implicaciones muy complicadas. ¿Son todos los participantes homosexuales? No lo sé ni creo que sea eso lo que importe aquí. La Gala Drag está bien que esté dentro del Carnaval y que tenga las connotaciones que tiene. Si luego sirve para ampliar horizontes y para que haya más fiesta y para que se junte con más conceptos, me parece bien, pero así como está es un concepto válido en sí mismo.
¿No echa en falta algún tipo de mensaje político?
No. A mí no me gustan los mensajes políticos en las celebraciones. No. Creo que la propia celebración hace mucho más que cualquier mensaje político.
¿Por qué se ha convertido en icono del Orgullo Gay en Madrid?
¡Y yo qué se! A ver. Es mi mundo. No es como si me dijeras 'eres un icono de ese equipo de balonmano', porque entonces te diría que no lo entiendo. Este es mi mundo, el mundo en el que he crecido. Tengo una edad y llevo mucho tiempo en ese mundo. También están las circunstancias personales. Yo iba a la manifestación del Orgullo cuando éramos 100... ¡100!.. 100 personas en Madrid, en la Puerta del Sol. No éramos más. La gente empezaba a cantar A quién le importa de forma espontánea cuando se cerraba la manifestación. ¿Quién lo empezó y cómo fue? No lo sé. Cuando fui ya lo hacían. De hecho me llevó un amigo y me dijo vas a ver lo que pasa al final. De esos 100 nos convertimos en un millón con el paso de los años. La cosa surgió de un gesto espontáneo y eso para mí tiene más valor que si hubiera sido algo planificado.
En una entrevista dijo que el 90 % de los católicos son grandes personas, pero que siempre hay un 10 % que lo estropea todo. ¿Incluimos en ese porcentaje al obispo de Canarias?
¿Qué le ha pasado al Obispo de Canarias?
La polémica con la actuación de Drag Sethlas...
Ah, sí, lo del año pasado. Hay cosas que no tienen por qué llamarnos la atención. Es como si a una mujer que está completamente convencida de no tener hijos, le pides que apoye al foro de la familia de siete hijos. ¡Noo! Probablemente el obispo es coherente con su pensamiento y con lo que predica. Otro cosa es que se quiera tener relación con esa prédica. El ataque no debe ser ese. Da igual que seamos religiosos, homosexuales, padres, madres, niños o niñatos... En el mundo siempre hay un 10 % de personas que lo fastidian todo.
¿Cree que hay que poner algún tipo de límites a esas interpretaciones religiosas?
Es muy complicado. Los límites de lo que ofende y lo que no ofende sólo tiene sentido según a quienes se consideran ofendidos. Igual hay algo que me puede ofender a mí pero no a ti. Cuando se trata de arte o de humor, que suelen ser los temas más peliguados, es muy difícil establecer los límites. Probablemente, no, seguro que sí tiene que haber un límite, pero cuál. No soy la persona capacitada para decirlo. El 90 % de los problemas surge por esto. Lo que a mí no me ofende nada, para otra persona es como para morirse y viceversa. Los humanos no tenemos solución, esto de los límites y la censura es un tema sin solución, sinceramente.
¿En qué trabaja ahora Alaska?
Hoy he leído que se cumplen dos años que salió el último disco. Estamos preparando, mentalmente, el próximo trabajo, que será para febrero de 2019. Estamos justo a un año de la fecha en la que queremos sacarlo. Eso quiere decir que se acabó el hablar y el pensar, pues ahora hay que sentarse para decidir lo que vamos a hacer. Probablemente lo hagamos aquí.
¿A parte de la música?
Estoy con teatro, con una obra que se llama El amor sigue en el aire. Llevamos un año y pico de gira, con más de 70 representaciones, con Manuel Bandera, Bibiana Fernández y Mario Vaquerizo. La terminaremos de presentar en marzo. Siempre da vértigo terminar un cosa que marcha bien, pero tenemos que hacer otras cosas y dedicarnos a nuestros propios proyectos.
Antes aludía A quién le importa . ¿De qué canción se siente especialmente orgullosa?
Pero lo que ha pasado con esa canción no lo he hecho yo. Por eso no me puedo sentir orgullosa, porque no es obra mía ni de Nacho ni de Carlos. Hicimos la canción con una intención, existió, y de forma natural se ha convertido en lo que se ha convertido. Según eso, sí. Es como conseguir colarla sin que nadie se entere. Supongo que ese es más nuestro estilo, en vez de salir con una pancarta o de enfrentarme a alguien que es contrario a lo que tú eres. Y mira, 40 años después, pensaras lo que pensaras en aquel momento, te está comiendo la misma canción.
¿No es partidaria de ataques en esos actos festivos?
No me gusta atacar ni que me ataquen. Por ejemplo, el día del Orgullo Gay, no me gustaría ver a gente con mensajes contrarios a lo que nosotros celebramos, porque procuro no ir ni aparecer cuando ellos celebran lo suyo. En la calle hay espacio para todos.
Manuel Reyes
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