
¿Cómo nació este coro?
Es un proyecto que ya celebra su segundo
año. Es fruto de la unión de carnavaleros de Mérida que llevan más de 35
o 40 años en la fiesta, muchos son los primeros que salieron allí
después de volverse a celebrar el Carnaval. Algunos son La Marara, que
lleva 38 años en Mérida, o la chirigota Como Tú, Las Iguales...; algunos
componentes hacen doblete, y participan en este coro y en su grupo.
¿Por qué surgió?
Los coros no existían en Mérida y
queríamos instaurar esta modalidad; este año ha habido concurso de
coros, que ya tiene cuatro modalidades, como en Cádiz. Vino a Mérida un
coro de Sevilla, uno femenino de Mérida y el nuestro. Llevamos incluso
la batea, que es donde van subidos los coros cuando actúan por las
calles.
¿Cómo surge la idea de ir a concursar al Falla?
Cuando se puso en marcha el coro decidimos
ir al Falla, en 2018, con el nombre de El Conquista. La experiencia fue
muy bonita y decidimos continuar. Somos el primer coro de la historia
de fuera de Andalucía en participar en Cádiz.
¿Algún componente ya había participado en el Falla?
Sí, alguno ya había estado en el Falla o en la calle de Cádiz. Todos llevamos 30 o 35 años de media en el mundo del Carnaval.
¿Qué fuerza tiene el Carnaval de Mérida?
Bastante en cuanto a grupos; este años
salieron 32 agrupaciones a concurso. Luego hay grupos de pasacalles que
hacen sus desfiles.
Tienen tres directores.
Sí, uno musical, que es Miguel Sánchez Tron, que ha estado en las comparsas de Juan Carlos Aragón, en Los Millonarios o Los Guayabera
y fue uno de los referentes del coro de Faly Pastrana, como cuando vino
a Candelaria. Luego hay otros dos directores, que llevamos más la
logística y la parte de autoría de letras: Antonio Rodríguez y yo.
¿Cómo puede un alcalde hacer letras de crítica?
El alcalde lleva 30 años haciendo Carnaval
y de político, tres. Es más carnavalero que alcalde; es su afición y
los ratitos que le deja libre el trabajo lo dedica a eso.
¿Cómo es su repertorio?
Además de dos tantos, dos cuplés y el
popurrí, y preparamos algunos más y letras y músicas antiguas para los
carruseles. Ten en cuenta que en las actuaciones en las calles de Cádiz
son seis horas sin parar. Y este año hemos estado en cuatro carruseles, y
además hemos llevado la batea a Mérida y la experiencia ha sido muy
bonita porque la gente nunca la había visto en directo y en el marco que
tenemos allí.
¿Apuestan por la crítica?
Vamos de Protestantes y el coro reivindica
la crítica; también con su toque de humor en los cuplés, pero en la
mayoría del repertorio predomina la crítica.
¿Cómo se ve el Carnaval de Tenerife desde fuera?
Se ve a un nivel increíble en cuarto a
participación. Conocemos las murgas y también las reinas. Allí suenan
muchísimo los Bambones. De hecho, algún grupo como Los Silábicos, de
Paco Vadillo, ha utilizado alguna música de Bambones. Las murgas son muy
espectaculares, pero es un estilo muy distinto al nuestro.
¿Qué les falta a las murgas?
Es un estilo que lo tienen muy bien definido y muy bien marcado.
¿Consideran referente nacional el Carnaval de Tenerife?
Al Carnaval de Tenerife se le considera
referente nacional sin duda. Hay dos carnavales que son referentes
nacionales, Cádiz y Tenerife, y lo sentimos así todos los carnavaleros.
Nosotros, que estamos acostumbrados a ir a Cádiz, por lo que representa
cantar en el al Falla, venir a Tenerife es tocar la otra cima del
Carnaval a nivel nacional.
¿Qué esperan de la actuación?
Estuvimos en la plaza y vimos el
escenario; es muy impactante, por eso hemos ensayado hasta en el hotel,
preparando todo al milímetro, porque tenemos una responsabilidad y
queremos gustar.
¿Tiene improvisación?
En cuanto a letra, no. No nos gusta dejar cosas que no estén al milímetro. Nos da miedo incluir algo y luego no esté al nivel.
¿La diferencia entre Cádiz y Tenerife es que los temas son más enlatados?
El Carnaval de Cádiz es mucho de
improvisación, cosas que han ocurrido semanas antes. Hablamos de grupos
de un nivel altísimo, que prácticamente viven de esto. A nosotros nos
cuesta dinero.
¿Cuál es el objetivo?
Llegar a un nivel musical y vocal muy
alto, pero cada uno tiene su trabajo y no nos interesa vivir de esto.
Esto es nuestra afición; nuestra afición número uno, a la que echamos
mucho tiempo.
¿Dónde ensayan?
Tenemos una casa de la cultura pequeñita
donde ensayamos; donde podemos reunirnos unas horas al día. En Mérida
hay muchos locales sociales y los grupos tienen horas para ensayar.
¿Los grupos están subvencionados?
No, todo es aportación de los miembros.
Este año ganamos el concurso de coros de Mérida y recibimos 1.500 euros,
que no nos repercute al bolsillo. Cada componente pone una cuota de 250
o 300 euros al año. Nuestro presupuesto con todo puede rondar los
25.000 euros.
¿Qué le falta para llegar a preliminares?
Estamos dando un nivel bastante bueno con
la gente; tal vez falta que la idea cuaje un poco más. Estamos cerca. En
Cádiz lo difícil no es llegar, sino mantenerse y darte un nombre, que
ese puntito que te falte al año siguiente lo tengas y por lo que sea,
pases. Nos pueden decir mil personas que hemos estado bien que prima la
opinión de cinco, que forman el jurado. En coros, el nivel es muy parejo
y puede haber una sorpresa salvo los tres o cuatro que están arriban.
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