Considerado el desfile menos atrayente para los miembros de los grupos, que aún se reponían de la fiesta del Lunes de Carnaval, el recorrido es sin embargo el preferido por los extranjeros que desde bien temprano ocupan las sillas a ambos lados de la avenida de Anaga para disfrutar de este gran despliegue carnavalero. Colorido y ritmo son los alicientes perfectos con los que cuenta la fiesta chicharrera para atraer la curiosidad de los turistas extranjeros y el argumento que explica que este año también en el Coso sean los visitantes extranjeros los que más disfrutaron. Pero no fueron los únicos, pues entre las 80.000 personas que se congregaron en la avenida marítima ayer por la tarde también destacaban muchos visitantes nacionales, que o bien viajan hasta Tenerife para conocer in situ el mejor Carnaval de España o bien para repetir experiencia de años anteriores. No en vano dicen que quien prueba una vez las carnestolendas de Santa Cruz de Tenerife siempre repite.
Pero la sorpresa y las ganas de disfrutar de los turistas no formarían parte de la fiesta si no fuera porque ante sus ojos discurrió ayer todo un ejemplo de entrega a Don Carnal. Desde las candidatas a Reina a las mascaritas espontáneas, que no dudan en lanzarse a la calle para el desquicie de la organización, el Coso es la muestra de que los protagonistas son los miles de ciudadanos anónimos que pintan su vida de purpurina durante unos días al año, que viven la fiesta como si fuera suya porque así lo es.
El Martes de Carnaval es uno de esos días inolvidables de la fiesta. Despertarse dispuesto a enfundarse el disfraz y dar color al rostro, llegar hasta el monumento de Franco desde donde parte el Coso, y ocupar un hueco en el desfile es una rutina habitual para personajes del Carnaval, murgueros, rondalleros, comparseros y mascaritas en general.
El desfile, al menos este año, partió puntual. Eso sí, fue inevitable que se sucedieran los ya habituales parones entre los grupos, sobre todo entre las comparsas, que se demoran ante las cámaras de televisión para mostrar con esmero sus meses de ensayos como ocurre en cada edición de esta cabalgata diurna. Lo cierto es que el Coso sirvió finalmente para quitarse la espinita de la Cabalgata anunciadora.
Eran las 15:30 cuando las carrozas ganadoras comenzaron a circular a paso muy lento por la avenida marítima. A las 16:00 horas, sin un minuto de retraso, la Afilarmónica Ni Fú-Ni Fá empezó a desfilar ante una calle abarrotada de público que no dejó de aplaudir en ningún momento. Sin embargo, la más ovacionada y piropeada de la tarde fue Amanda Perdomo, Reina Adulta del Carnaval, que con su fantasía Poderosa Amazona, del diseñador Daniel Pages y en representación de McDonald´s y La Opinión de Tenerife, mostró su mejor sonrisa para todos los presentes.
Tras ella llegó el resto del espectáculo. "Lo mejor ha sido el principio, donde se intercalaron los ganadores de la mayoría de los concursos", valoró, Jorge Alonso uno de los miles de espectadores. Los premios de interpretación y presentación de las murgas adultas e infantiles, las comparsas y los grupos coreográficos marcharon y en medio de todos estos grupos también desfilaron los personajes del Carnaval y los que cada año hacen su disfraz solo para este día, para disfrutar, desde dentro, de la fiesta más importante de Santa Cruz.
Cuando terminó este bloque, el desfile perdió en agilidad, con bloques de grupos infantiles, agrupaciones, comparsas y murgas adultas. A estas últimas, las que se encontraban colocadas al final, ni siquiera les dio tiempo de salir en la televisión en directo.
En medio también hicieron su aparición las rondallas y lo hicieron una detrás de otra. Como su concurso se celebró el pasado domingo, ya metidos de lleno en el Carnaval en la calle, no pudieron disfrutar de la Cabalgata Anunciadora del viernes. Ayer, tras conocer a los ganadores, muchas de estas formaciones no dudaron en cantar. "Hacía tiempo que durante el desfile no se las veía disfrutar tanto", agradeció Nazareth Cruz, otra vecina asidua al Coso.
Deslucidas
Lo que no convenció a la mayoría fue que las candidatas a reina quedaran deslucidas tras los camiones sobre las que están llevaban sus fantasías. Además, las candidatas a Reina que no ganaron ningún premio iban en carrozas independientes mientras que tanto la Reina Infantil y parte de su corte de honor, como la Reina de los Mayores y sus damas iban todas juntas en el mismo vehículo.
Aunque esto deslució un poco la belleza de sus fantasías, nadie duda de que tanto ellas como las comparsas fueron el foco de atención de todas las cámaras y, también, de los aplausos. Los visitantes, la mayoría de los cuales pagó por las sillas que la organización habilitó para que disfrutaron sentados del espectáculo, no quisieron perderse ni un segundo del desfile.
José Carlos Sánchez llegó a Tenerife el sábado desde Lanzarote. Pudo salir junto a su mujer por la noche pero, al aterrizar con un día de retraso por trabajo, se perdieron la Cabalgata. "Yo no puedo comparar pero este desfile ha sido espectacular", explicó. En su opinión, el tiempo acompañó durante gran parte de la jornada y en ningún momento hizo calor. "Eso hace que los bailarines tengan más ganas de moverse, aunque ya se les note el cansancio de tantos días acumulados de fiesta y de estar bailando durante horas sin parar", concretó.
A quien le ha gustado bailar siempre es a Rosario Gutiérrez. Lo hacía de joven, en su pueblo de Murcia, donde incluso formó parte de un grupo. "Hace tres años estuvimos en Canarias pero no llegamos en fechas de Carnaval", recordó. Ahora, una vez que ha visto todo el espectáculo, lo que más le gusta es ver desfilar a las comparsas. "El ritmo es contagioso y ves en la cara de la gente mientras pasa bailando a tu lado la alegría con que lo hacen", valoró. En su pueblo "el Carnaval no tiene nada que ver con lo que se vive aquí" y, tras la experiencia de este año, entre el Coso y los bailes de noche en la calle, repetirá "seguro" experiencia.
Una opinión similar es la de Elena Suárez. "Hay mucho color, mucho ritmo y muchas plumas", relató emocionada esta vecina del barrio de La Salud. "Es impresionante verlas bailar sobre esos tacones y con tanto peso que llevan en la cabeza", agregó.