Gregorio Hernández, director del CIFP Las Indias, no recuerda cuándo comenzó la relación entre el centro y el Carnaval. Seguramente ocurrió de manera natural -los chicos necesitan practicar y hacerlo en un evento de estas características da caché al currículo-, pero desde hace mucho tiempo, cada vez que se acerca en el calendario la festividad tinerfeña por excelencia, los alumnos se preparan para la gran cita. Durante toda la semana que duran las fases y la final de murgas se desplazan hasta los locales de ensayo de varios grupos y “ponen guapos a los concursantes”. Hacen lo mismo el miércoles previo a la Cabalgata, fecha elegida cada año para la elección de la reina del Carnaval. Sus compañeros del ciclo de Textil, Confección y Piel no tienen un papel tan protagonista, pero también participan en el entramado carnavalero, arreglando trajes. Estudiantes de una y otra área participan también entre bastidores en musicales y obras de teatro.
Durante el resto del curso las prácticas no cesan. Son igual de importantes, pero no tienen tanto glamour. El centro cuenta con instalaciones de primer nivel que están abiertas al público. Cualquier persona puede acudir y disfrutar, por un módico precio, de todos los servicios que ofertan: desde maquillaje hasta masajes, pasando por cortes de pelo o depilación. “El spa está lleno siempre”, reconoce con una sonrisa el director. El CIFP Las Indias inauguró hace unos meses el taller hidrotermal, con el que el centro busca mejorar su formación para paliar el déficit de profesionales que hay en la Isla “para balnearios y saunas”. El crecimiento de estos establecimientos, más en enclaves turísticos, ha hecho que crezca la demanda de este tipo de profesionales. Cuando la actualidad no ofrece la demanda suficiente, los chicos arrastran a familiares y amigos hasta el centro que sirven de “modelos” para que los chicos practiquen.
Miriam Ruiz, profesora de Estética, explica que normalmente son las alumnas de Primero de Estética las que se encargan de maquillar en Carnavales. “En ese curso se da esa asignatura, les viene mejor”. A veces, no obstante, también participan de Segundo. “Las murgas nos envían fotos del maquillaje que quieren para que nosotras ensayemos”. Miriam habla en femenino porque en este ciclo solo hay chicas. “Lo normal es que pintemos a 50 componentes en una hora y media; es un trabajo muy intenso”. La Traviata o Los Bambones son algunas de las murgas que siempre se apoyan en el CIFP Las Indias para mostrar su mejor cara.
Además de acudir a estos eventos, los más importantes del Carnaval, los chicos participan en otras actividades. “Siempre dedicamos un día a ir al colegio Chimisay a pintar a los niños”. Todo el trabajo que prestan durante estas fechas “se hace de manera gratuita”, lo que, inevitablemente, multiplica las peticiones. Ellas lo hacen con gusto y dedicación, dejando en sus trazos algo que no tiene precio: la vocación incontrolable que tiene todo profesional cuando comienza.
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