
"Fui allí a probar suerte", asegura el tinerfeño, quien compitió junto a un centenar de personas de 30 países que se presentaron a las pruebas de acceso de este prestigioso centro. "Aquí no salen muchas cosas, así que hay que buscarlas fuera", explica el cantante.
La primera prueba tuvo lugar el 17 de junio, quedando solo 36 personas. La segunda fase, en la que recibían clases del intendente y director del Centro, probaban sus actitudes y aptitudes a la hora de escuchar o leer música. Esos días Galván los vivió con emoción, rodeado de los demás participantes, muchos de los cuales ya son amigos suyos en las redes sociales. "Vivíamos con la incertidumbre de no saber qué iba a pasar", confiesa el chicharrero, un habitual del Festival de la Zarzuela de Canarias. Por suerte se quedaba en casa de un amigo y eso le permitió ahorrar gastos para poder estar los tres días superando unos retos que fueron "muy duros".
Para la última prueba, el pasado día 24, quedaron solo cuatro tenores. Ésta consistía en cantar frente a cientos de personas, incluyendo al veterano Plácido Domingo. "Canté el Lamento de Federico y un área de Werther para él", recuerda Galván con entusiasmo, quien estuvo acompañado en el escenario por dos pianos. Domingo tendió la mano a los finalistas tras sus actuaciones. "Salió muy bien, me sentí cómodo aunque estaba muy nervioso", afirma Galván. "La verdad es que no iba con muchas esperanzas pero haber sido el único canario de los cuatro finalistas es un orgullo".
Finalmente solo eligieron a dos cantantes, que se unen a otro que repite, formando tres alumnos de la rama de tenor. Los alumnos del curso anterior tienen derecho a repetir para continuar con su formación y, de hecho, tienen preferencia frente a los nuevos. Cada alumno de la nueva promoción recibe una beca de 1.200 euros mensuales para poder dedicarse a su formación.
Repetir
Una rosa, un diploma, fotografías, el reconocimiento de los profesores del centro y un recuerdo especial es lo que le queda a Galván al volver a su casa de Santa Cruz de Tenerife. "Asistir a estas audiciones supuso para mí un gran esfuerzo económico, físico y psicológico, además, tuve que renunciar a muchas cosas como la orla de mi hermano y el homenaje por la jubilación a mi profesora del Conservatorio", cuenta la joven promesa. Pero el chicharrero no se rinde: "El año que viene me volveré a presentar". Y es normal que lo vuelva a intentar porque en sus oídos aún resuenan las palabras de Domingo tras escucharle cantar: "¡Bravo, bravo!".
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