
"Fui allí a probar suerte", asegura el tinerfeño, quien compitió junto a un centenar de personas de 30 países que se presentaron a las pruebas de acceso de este prestigioso centro. "Aquí no salen muchas cosas, así que hay que buscarlas fuera", explica el cantante.
La primera prueba tuvo lugar el 17 de junio, quedando solo 36 personas. La segunda fase, en la que recibían clases del intendente y director del Centro, probaban sus actitudes y aptitudes a la hora de escuchar o leer música. Esos días Galván los vivió con emoción, rodeado de los demás participantes, muchos de los cuales ya son amigos suyos en las redes sociales. "Vivíamos con la incertidumbre de no saber qué iba a pasar", confiesa el chicharrero, un habitual del Festival de la Zarzuela de Canarias. Por suerte se quedaba en casa de un amigo y eso le permitió ahorrar gastos para poder estar los tres días superando unos retos que fueron "muy duros".