
Por modalidades, el número de murgas adultas inscritas es de 22: la baja de la mixta Rebotados, de Javier Suárez Plata -que junto con el núcleo duro se ha incorporado a Zeta-Zetas-, la suple Guachipanduzy, que se esfuerza para volver a concursar después de dos años sabáticos. El principal reto, reunir al menos 40 componentes al margen de la percusión, un requisito nuevo, pues hasta ahora se exigía una base de 35 integrantes. También ha pedido participar Noveleras, desde Granadilla de Abona.
Guachi ensaya bajo la dirección de Carlos Quevedo (de la desaparecida Fusionados), que toma el testigo de Luis Mariano González, que desde la distancia mantiene el vínculo, si la murga logra salir.
Las Noveleras, de Granadilla, sueñan con quitarse el mono de concurso, máxime porque el pasado Carnaval no hubo en su comarca. Pero las bases del certamen de Santa Cruz no facilitan la admisión a la murga femenina Noveleras, por lo que su solicitud podría caer en saco roto.
Quienes sí regresan al certamen murguero son Trapaseros, de Juanka López, avalados con el primer premio del Norte 2016, que recuperaron tras el desaire del jurado en la edición anterior. Aunque existió la tentación de suprimir la cláusula de admisión, se mantiene la reserva en el concurso de murgas adultas a la ganadora del Norte de Tenerife.