Para María Isabel García Bolta, concejala de Cultura, la vuelta del Carnaval a su centro neurálgico, el parque de Santa Catalina, es un motivo de alegría.
El Carnaval El Mundo de la Fantasía vuelve a Santa Catalina. ¿Qué supone esto?
Ha sido una alegría, además de un reconocimiento. Es decir, tenemos la seguridad jurídica de volver a donde siempre habíamos estado. No cabe duda de que el parque es el centro del carnaval y se convierte casi en el centro de la ciudad donde ocurren la mayoría de los actos. Con motivo de la sentencia judicial tuvimos que abandonar esa zona y por ello la vuelta la vivimos como si no nos hubiésemos ido, contentos y rezando para que haga buen tiempo. Además, creo que los ciudadanos estamos un poquito más animados porque parece que estamos saliendo de ese atolladero en el que estábamos, aunque no se note demasiado.
¿La vuelta al parque será definitiva o hay riesgo de nuevas quejas?
Tenemos la seguridad jurídica de esta sentencia, aunque otra cosa es que los vecinos se quejen. De todas maneras hay una ley nueva y nosotros escrupulosamente cumplimos con lo que en ella se dispone. De forma que el Ayuntamiento puede respetar a los vecinos que viven en la zona, que les puede gustar más o menos el carnaval, con una normativa que determina una serie de medidas en torno al tema. Creo que es nuestra obligación respetar ese descanso de los vecinos y la ley nos ampara con una serie de medidas que hay que tomar y que naturalmente ya hemos empezado a aplicar.
Irá mucha gente a Santa Catalina y la entrada de vidrio está prohibida, ¿cómo controlarán eso?
Esta es una de las cuestiones que nos plantearon los propios profesionales que se instalan en la parte de atrás del parque, en la zona de los chiringuitos. Nos dijeron que les gustaría que entre todos colaborásemos para que no haya vidrio, porque sabemos lo que ocurre a medida que pasan las horas. Nosotros pensamos que es una buena medida y por eso van a estar alerta todos los efectivos de seguridad del carnaval, para procurar que no se pase con vidrio. Y yo creo que si preguntamos a cualquiera dirán que lo importante es que haya buen clima. De todas maneras la mayoría de la gente va con botellas de plástico, pero por si acaso se le olvida a alguien conviene estar advertido.
Además de los eventos importantes, ¿cobran peso otras actividades?
El Carnaval de Día ha ido creciendo, como es en el caso de Vegueta, donde hay realmente una participación ciudadana por parte del sector de la restauración y de los propios vecinos que se han animado y es estupendo ver que la gente sale desde por la mañana, en familia. Es muy agradable escuchar la música de las murgas y ver desfilar a las propias comparsas; y la gente se va animando año a año a ponerse un toque de carnaval, no mucho, pero sí algo. Y de hecho, este año habrá dos jornadas de Carnaval de Día
Vegueta acoge dos jornadas de este Carnaval de Día, ¿está previsto para un futuro que cobren peso otros barrios en lo que a eventos se refiere?
Cobran peso en la medida que tienen murgas de ese barrio y, efectivamente, todos los distritos celebran un día de carnaval, algunos con más énfasis que otros. Como por ejemplo el año pasado en Tamaraceite que, además de los pasacalles y de oír cantar a las murgas, quemaron hasta la sardina. Es decir, cada año los distritos se van animando y confluye la mayor parte del barrio en la calle para oír cantar a las murgas, para ver desfilar a las comparsas y hacen sus propias actividades. Pero no podemos negar que el punto neurálgico de la ciudad, de donde parte el carnaval y la tradición es la Isleta y en este entorno, que no es precisamente el corazón de la Isleta, el parque Santa Catalina donde todos los ciudadanos quieren ir por ver el escenario. Además, este año tengo que reconocer que hay algo más en el escenario pues está preparado para verse de día. Normalmente un escenario se ilumina, porque es donde sucede toda la actividad, pero en esta edición con el color y el diseño que ha hecho Alberto Trujillo su idea es que luzca también de día. Asimismo, creo que este año la participación es mayor.
Con vistas también al futuro, ¿baraja añadir otro tipo de eventos al programa de festejos?
Parece que todo está inventado, pero también lo parecía cuando se puso sobre el escenario el carnaval canino o la gala de la integración, aparte del programa de las fiestas. El carnaval tiene una tradición, pero con los tiempos va evolucionando. De momento, lo que da previsión de éxito es, precisamente, el Carnaval de Día.
Regresa también esta edición el pregón a Santa Ana, ¿la intención es que se consolide de nuevo esta tradición?
Dependiendo del éxito, pues continuaremos con la celebración allí o buscaremos otra fórmula. Hay que ver qué número de seguidores tiene y cómo lo recibe el público. De todas maneras, el pregón en Santa Ana hizo época, sobre todo al principio, y es una vuelta a algo que ya se había olvidado porque nos fuimos al parque de Santa Catalina, al escenario. La verdad es que se nos agotaban los presentadores, los pregoneros, se nos agotaban las ideas y había que buscar algo para reinventarse. Nos fuimos a las redes sociales, donde todo el mundo está metido, y tuvo un éxito relativo. Ahora hemos vuelto a lo antiguo, a lo que se hace en todos los pueblos: se pregona y empieza la fiesta. Yo creo que este año va a ser interesante, la pregonera es una murguera y por lo tanto tiene otro cariz.
La elección de los pregoneros suscitó cierta polémica, precisamente a través del uso de las redes sociales.
Las redes sociales tienen muchísimas ventajas, pero también tienen otros inconvenientes. Buscar un equilibrio entre lo uno y lo otro... Salió quien tenía que salir y nosotros no podemos actuar ahí en contra de algunas cuestiones, a lo mejor no tan bien llevadas que usuarios de las redes dominan de alguna forma. Yo creo que el resultado al final ha sido bueno. Además el carnaval no está exento nunca de polémica y, bueno, nos lo tomamos con cierta alegría e ironía este tipo de cosas que pasan en torno al carnaval y que no tienen mayor trascendencia.
¿Cree que se explota suficientemente el potencial del carnaval a nivel turístico?
Efectivamente hay un potencial muy grande de trabajo. Hay gente que está esperando el carnaval, desde el taxista, al pintor, al soldador, las modistas... Es decir, las inversiones más insospechadas se dan en el carnaval: la compra de tela, el tener que soldar las armaduras de las reinas o lo que monte el drag... Y por otro lado, los esfuerzos de la Corporación en darle esa repercusión exterior que tiene el Carnaval, presentándolo fuera, haciendo publicidad, intentando que haya paquetes turísticos... En ese sentido, las retransmisiones de los medios también ayudan mucho a que nuestro carnaval se vea en cualquier parte del mundo. La repercusión en la promoción turística es, sin duda, muy importante porque tiene un atractivo especial. Estos mismos días, los turistas acceden a toda la zona del parque y una vez que terminemos, pues vamos a tener seguramente visitas al escenario para ver lo que es el lugar donde se celebran las fiestas.
¿Cómo han afectado los recortes al Carnaval?
Empezando por los días y con mucha, mucha imaginación y con un equipo de gente maravillosa que es capaz de reciclar, aunque esto tampoco sea la panacea, y lograr hacer más con menos. Entre todos nos hemos intentado ajustar porque se dispone de bastante menos dinero que años atrás. Pero vamos a procurar que no se note y eso es lo importante, aunque se perciba en pequeñas cosas como que los días son menos, pero vamos a tener un escenario y galas magníficas. Todos hemos puesto de nuestra parte, y además los ciudadanos que comprenden perfectamente que en época de dificultades económicas hay otras prioridades que atender además de las fiestas y esas prioridades nadie duda que están ahí.
¿Los grupos de Carnaval reciben ayudas?
Las murgas y las comparsas tienen una subvención cuya cantidad varía en función de si llevan más años o menos años, porque lógicamente ellos tienen unos gastos que también cubren con iniciativas propias. Es costoso ser murguero, estoy segura, además del esfuerzo y sacrificio que supone estar desde el mes de mayo o junio preparando el carnaval del año siguiente. Hay una disciplina, un orden y un esfuerzo que hay que reconocer y lógicamente el Ayuntamiento les da una ayuda y yo creo que importante. Y algunas tienen locales del Ayuntamiento, no todas... Ojalá tuviésemos locales para todas.
Este año la Gala Drag se hace después de la Gran Cabalgata. ¿Ha recibido algún tipo de queja al respecto?
Quejas no, pero sí que la gente se sorprende que la gala Drag sea para el final y no va el Drag en la cabalgata. Pero es que nos tenemos que dar cuenta que el Carnaval son tres semanas justas y un día, y la semana siguiente es toda de las murgas. Antes, al tener primero la gala de la Reina teníamos más capacidad de movimiento. Ahora, al llegar a un acuerdo con las murgas y con los diseñadores de que primero empiezan las murgas, tenemos una semana entera dedicada a ellas, la semana siguiente alguna que otra gala y la otra ya te coge el puente y la Drag. Y además separamos la Gran Cabalgata del Entierro de la Sardina. Entonces, en la Gran Cabalgata irán los que se presentan a la gala Drag, es decir, habrá una pre Drag en la cabalgata e irá el ganador del año anterior y en el Entierro de la Sardina será el protagonista el ganador de esta edición. Había que cuadrarlo, porque antes los carnavales podían durar un mes y unos días, ahora ha habido que recortarlo y de todas formas no creo que haya en España una fiesta que dure como el Carnaval.
¿Se va a disfrazar usted de hada acorde a la alegoría dedicada a la fantasía?
Ojalá tuviera la varita mágica para resolver algunas cosas. La verdad es que todavía no lo sé, porque de repente abres las cajas que tienes y decides en ese momento buscar algo que te permita disfrazarte, pintarte o ponerte un antifaz y salir a la calle y estar de broma y divertirte. Compaginándolo con el trabajo, claro, porque es un trabajo y todo tiene que salir a la perfección. Habrá algún error por el que ya pido disculpas y siempre se tiene que intentar mejorar al año siguiente, pero yo pongo mi mejor voluntad e intento disfrutar la fiesta porque además, a mí el carnaval me gusta. Estoy muy segura de lo que estamos haciendo y tengo un magnífico equipo que no tiene horarios y que vive las fiestas, y como a mí me encanta también, pues no tengo mayor problema en disfrazarme un día y al otro también y al siguiente también. Y cuando llega el final siempre digo: bueno, y mañana, ¿qué hago? A mí me gusta el disfraz, que es a lo que hay que animar hoy a la gente, a que se disfrace. Hay poco disfraz. Hay mucha expectación, pero no tanta participación. La gente acude para ver lo que sucede, van al parque y se divierte con lo que ve, pero formar parte de esta diversión del disfraz, cada vez menos. Aquello de "me conoces mascarita" prácticamente ha desaparecido, quedará en determinadas sociedades y poco más. Y a mí eso me da pena, quizás por los años que tengo y porque he vivido siempre con algún antifaz y con alguna careta porque me gusta ocultar el rostro y luego buscar y pensar a ver quién eres. Eso forma parte e las tradiciones más antiguas y se está intentado recuperar.
Amparo R. Montero
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