
Mamelucos, que cosechó su cuarto doblete de primeros en el concurso de murgas 2018, hizo más historia el día de la presentación de su fantasía que en la final, cuando subió a cantar -en una actuación inolvidable- con los Nietos de Sarymánchez. En el teatro Guimerá, la murga de Manolo Peña consiguió reunir por primera vez sobre un escenario a los padres del nuevo Carnaval: Manuel Hermoso Rojas (alcalde de Santa Cruz de Tenerife entre 1979 y 1991) y Juan Viñas Alonso (gerente de Fiestas entre 1972 y 2003).
El miércoles pasado, horas antes de la gala, Hermoso prestó su casa en Villa Benítez para, en una conversación distendida, contar en primera persona, con Juan Viñas de interlocutor, cómo pusieron los pilares a la fiesta que han heredado y disfrutan centenares de miles de carnavaleros. Desde los orígenes del Carnaval de Tenerife se definen tres etapas. La primera, desde finales del siglo XVIII, de la que se tiene constancia por las prohibiciones decretadas. Otra, desde 1961, las Fiestas de Invierno, y a partir de 1977, el nuevo Carnaval, donde Hermoso y Viñas son máximos exponentes.
¿Cómo era el Carnaval cuando llega Hermoso a la Alcaldía?
Juan Viñas: 1979 fue el último Carnaval de la época antigua, estando de presidente de la Comisión de Fiestas Juan Domínguez del Toro. Había estado Ernesto de la Rosa, que también fue un impulsor magnífico del Carnaval. Cuando ellos llegan, yo ya estaba. Con Manolo se cimentó el Carnaval. Él tomó posesión el 19 de abril de 1979.
Manuel Hermoso: Fue en 1967 cuando nos trasladamos con la familia de la Península y nos vinimos a vivir aquí. Trabamos amistad con Gilberto Benítez, que fue luego concejal conmigo en el ayuntamiento y era un hombre carnavalero cien por cien, como su familia. Y mi mujer, que también era carnavalera. ¿Con quiénes salíamos? Un grupo de aficionados con instrumentos, que organizaban una carroza. Cuando yo paso a ser alcalde, sigo saliendo en la carroza.