
Esfuerzo, trabajo, compromiso y, sobre todo, tener siempre los pies en la tierra. Este año Ángel Cabrera, director de Castorcitos, murga infantil ganadora del primer premio de interpretación del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife, ha hecho más que dirigir a los niños que componen la murga. También ha hecho de chófer durante los seis meses de ensayo. Después de 11 años en la fiesta todavía su grupo sigue sin local fijo en el que poder ensayar de forma cómoda y tranquila. Durante estos meses han estado en el antiguo colegio de Montaña Pacho, como si de un campo de minas se tratara, y son varios los viajes que se de dan cada tarde (casi noche) al acabar el ensayo para que los niños puedan regresar a sus casas. Para este murguero no existen murgas grandes. "Solo hay grupos que tienen mucho trabajo detrás y eso al final es lo que se traslada al escenario", confirma.
Este "no ha sido un año fácil", pero al final toda la dedicación que tanto los miembros de la directiva, como los componentes (los de ahora y los que se han ido desde hace años) y sus familias han logrado formar un equipo indestructible. Nunca imaginaron revalidar el primer premio de interpretación porque es algo que no suele ocurrir en el certamen de murgas infantiles. "Había mucha presión detrás; pero no nuestra, si no de la gente de fuera que comenta muchas cosas a los niños, cuando ellos solo quieren pasarlo bien y disfrutar, aunque suene típico decirlo", aclara.