
Desde 1992, Las Burras es el acto más destacado, y casi único, del Carnaval de Güímar, y anoche se volvió a representar con todo el arte que, nadie diría, está protagonizado por un centenar de figurantes aficionados, ante unas 2.000 personas.
El espectáculo comenzó en San Pedro Arriba pasadas las nueve y media de la noche, cuando el Entierro de la Sardina, acompañado por un gran número de viudas y campesinos, inició el camino hasta la plaza de San Pedro, siendo increpados por unos seres con forma de burra. Esto les causó extrañeza, por lo que decidieron abalanzarse sobre ellas y pincharles con sus cuchillos, comprobando en ese momento que son brujas y no burras. Posteriormente, ellas invocan al demonio y comienzan un inquietante aquelarre.
Las brujas, mujeres desnudas, despampanantes y ordinarias, invocaron al diablo con los órganos y la sangre de sus víctimas. Luego apareció el demonio, acompañado por un montón de diablillos y por Baulén, antigua aristócrata. Poco después, llegó la Santa Inquisición acompañada del obispo y sus frailes. El obispo llamó al Arcángel San Miguel, que descendió alzando su espada, con la que acaba con el demonio tras una dura lucha.